Los amarillos doblegan al líder de la Liga Endesa tras dos intensas prórrogas y emotivas
Confortadora, gratificante y motivante victoria para el Gran Canaria ante el Barcelona Regal (93-90). El conjunto de Pedro Martínez no consigue aliviar su posición en la clasificación después de un épico triunfo sobre los catalanes, pero sí que evita, en una adversa 24ª jornada, empeorarla. Dos prórrogas tuvieron que sufrir los representantes isleños para superar a un Barça que sólo les ganó en el último cuarto del partido y que con ese mínimo bagaje estuvo cerca de llevarse el triunfo inmerecidamente. Actuaciones geniales como la de Alvarado; una canasta desde el centro de la pista de Spencer Nelson; y las acertadas acciones finales de Palacios y Rey quedarán en la retina de los espectadores grancanarios para guardar en el baúl de los recuerdos la que es décimo tercera victoria de su equipo ante el cuadro blaugrana.
Los depósitos de autoestima del Gran Canaria están hoy algo más llenos tras el sorprendente triunfo sobre el Barcelona. En el momento menos esperado, el cuadro local logró derrotar al líder de la Liga Endesa, que suma su segunda derrota consecutiva en la presente temporada. La situación delicada del conjunto de Pedro Martínez encuentra ahora un rayo de esperanza después de los varapalos sufridos ante Manresa y Murcia en menos de una semana.
Resistiéndose a entrar en la zona roja de la clasificación, los amarillos tuvieron que dar lo mejor de sí para sorprender al líder; sacaron armas impropias para ellos a lo largo de la competición y terminaron agradeciendo a sus seguidores la fe que mostraron en esta jornada para acudir al Centro Insular de Deportes en un buen número. Entre las muchas buenas cosas que sucedieron en el intenso partido, el base local Óscar Alvarado estuvo magistral en la dirección y en su capacidad de toma de riesgos; Palacios decidió con acierto en el momento más oportuno cuando el marcador iba 88-90 a falta de 30 segundos y dejarlo en 91-90; y Rey apuntilló la victoria ante su exequipo desde la que está siendo su faceta más débil, los tiros libres.
Al Gran Canaria le salió bien todo lo que se le había negado en fechas precedentes y que le han llevado a una situación complicada en la temporada; dominó al Barça durante los tres primeros cuartos del partido, llegando a tener hasta 14 puntos de renta (38-24); y sólo sufrió un desliz en los últimos diez minutos, cuando el Barcelona apretó hasta la extenuación imponiendo su capacidad defensiva y su clase en ataque.
Esto último casi le cuesta la victoria al Granca, que no olvidó las advertencias de su técnico en la previa, "no podemos perder la visión de equipo cuando las cosas se ponen adversas"; y no sólo supo encajar los golpes, sino ponerse en pie para volver a pujar por el triunfo.
Navarro tiró de genio y ajeno a su desgraciada primera actuación en el Centro Insular de Deportes en la campaña 1999/00 cuando erró dos tiros libres que le costaron la derrota a su equipo (67-66), en esta ocasión acertó con los lanzamientos francos que forzaron la primera prórroga (74-74), en la que él mismo volvió a tener que sellar la canasta que empatara al encuentro en la recta final (84-84).
Sin embargo, el CID le deparaba al genial escolta internacional español otra prueba de fuego en una situación similar en la segunda extensión del encuentro. En esta ocasión, sin embargo, resurgieron los fantasmas de hace una docena de años. Cerrado bien su camino hacia la canasta, cedió su ejecución a Pete Mickael, quien no tuvo fuerzas para alcanzar el aro en su penetración (91-90). Rey, mientras tanto, anotaba en dos lanzamientos libres posteriores (93-90) en una mañana aciaga para él desde los 4,25 metros (tres aciertos de siete intentos) para poner contra las cuerdas al Barça y a Navarro, quien más tarde erraba el primero de dos lanzamientos frustrando la artimaña posterior que hubiese podido propiciar un nuevo tiempo extraordinario.