Otro testarazo de Quiroga en los instantes finales colocan a los amarillos en posición de cambiar de rol para el tramo final de la temporada
El fútbol fue justo este sábado con la UD Las Palmas, que con sus 40 puntos a falta de catorce jornadas, otea ya su primera meta volante de la temporada: la permanencia matemática. Un gol de Vitolo en el inicio del encuentro de La Condomina y otro de Quiroga cuando el reloj galopaba hacia el final sirvió para que el conjunto de Juan Manuel Rodríguez llevara al marcador el desarrollo de sus mejores conceptos, cerrando una tarde espléndida donde el premio se lo llevó el mejor de los contendientes.
La UD salió al campo sin esperar acontecimientos. David González le puso sombra al balón, enviándolo a todos los sectores del rectángulo de ataque, por donde entraban los emisarios amarillos. Porque, además, la falta de sincronía en los movimientos de la última línea pimentonera permitía a los grancanarios realizar incursiones para verle la cara al cancerbero local. En realidad, a tenor de las ocasiones fabricadas por Las Palmas, las posibilidades de éxito se fueron elevando cada vez que el balón llegaba el área murciana. Había peligro, faltaba el remate demoledor. Guerrero dio el primer aviso, con un servicio en profundidad que remató alto cuando ya no tenía oposición. Y Vitolo certificó la primera renta después de una jugada al primer contacto que nació en el centro del campo y que coronó Ruymán casi hasta la línea de fondo.
Pero hubo más porque antes de la primera media hora, Las Palmas debió cerrar su victoria en dos acciones de David García (disparo alto) y Jonathan Viera (rechace del portero en un mano a mano). No obstante, el Murcia despertó a base de físico, de presión, de acercarse hasta la posición de David González para robar antes de contrarrestar. Y con poco fraguó una buena acción de ataque que Emilio Sánchez, su mejor hombre, llevó a las redes de Barbosa devolviendo el equilibrio en el tanteador.
Parecía que el partido podría cambiar su orientación pero la tregua del descanso le vino bien a Juan Manuel y sus jugadores, que recordaron conceptos y retomaron el juego con los mismos cimientos de la primera fase.
En la segunda mitad no existió otro conjunto que el amarillo. Ordenado, comprometido y profundo cuando avanzaba metros. Su producción ofensiva fue en aumento también, quizá porque el Murcia abandonaba posiciones defensivas o porque no había fórmulas para frenar a un potro al galope. Guerrero tuvo el billete para la gloria en dos ocasiones, una de ellas con un testarazo a boca jarro que Alberto abortó con felina estirada. Pero ésta estaba reservada otra vez para el gigantón Quiroga. En una jugada ensayada se quedó en solitario y ajustó su cabezazo a la base del poste, inalcanzable ya para Alberto.
A falta un tercio para la competición, Las Palmas no conocía una situación tan boyante en lo deportivo como la actual desde que volvió a la Liga Profesional. Con su almacén cubierto de puntos y liberada de peligro, esta UD a veces tan incomprendida puede convertirse en uno de los amenizadores del campeonato. Frotémenos las manos; pellizquémonos también.