El Gran Canaria pone una piedra más en su carrera al objetivo prioritario, la permanencia. El conjunto amarillo lo hace con una victoria de gran valor, 61-53 ante el cuarto clasificado, el Lucentum Alicante, y certifica el mismo con la guinda del récord de Sitpaha Savané como máximo anotador del club en la Liga ACB, 7.420 puntos. La octava victoria en la liga acerca al reto básico mientras se toma un respiro en la competición, a la que retornará el próximo 26 de febrero en la pista del Real Madrid.

Victoria y récord. Los dos propósitos que se había trazado alcanzar el Gran Canaria en la jornada vigésima de la Liga Endesa se hicieron realidad en el Centro Insular de Deportes. Savané vio cumplido su sueño a la primeras de cambio cuando Bellas le asistía en la zona y el pívot de Dakar dejaba atrás por primera vez la complicada marca de Barnes para anotar a aro pasado la canasta que le permitía superar en dos puntos los 2.412 que compartía con John Morton en lo más alto de la clasificación de anotadores amarillos en la ACB.

La felicitación al capitán se extendió al equipo con un excelente juego en todas las facetas. El Gran Canaria es consciente de que su defensa es el pegamento que le va a permitir, como mínimo, tener opciones de victoria en cada partido y éxito en la temporada. Con su retaguardia en plenitud de rendimiento y su ataque satisfactoriamente acertado, los de Pedro Martínez tomaban aire en el electrónico y adquirían ventajas de hasta 13 puntos en el marcador (21-8) para gozo de sus aficionados.

Sin embargo, el Alicante despertó a base del mismo criterio, la defensa, que le ha llevado a ser el cuarto equipo de la competición española hasta su visita al Centro Insular de Deportes. A pesar de que la marca de Palacios sobre Ivanov llegaba a desesperar al búlgaro por momentos, el pívot del Alicante se propuso y consiguió, con dobles figuras (11 puntos y 11 rebotes), meter miedo en el cuerpo de los seguidores amarillos en el tercer cuarto (33-31).

Pero si hay algo que empieza a ser una virtud en este Gran Canaria es su capacidad de mantener el tipo en los momentos complicados, y más cuando el aliento del Centro Insular les inspira la confianza suficiente. El choque era una historia que invertía las virtudes de los dos equipos a lo largo de la temporada. Si bien el Granca ha destacado por sus capacidad reboteadora y los alicantinos por sus porcentajes de acierto en triples, en el CID todo se daba de manera contraria; y en esos intercambios, el décimo tercero de la clasificación iba por delante en el marcador del cuarto.

Con el Alicante muy cerca de él, el Granca siempre fue capaz de dar un paso más al frente en su rendimiento, sobre todo defensivo, para impedir la remontada total en el electrónico (45-43 y 48-46). En esas situaciones, a los de Txus Vidorreta les pesaba más la responsabilidad de no perder que el entusiasmo por ganar, mientras que entre los de Pedro Martínez templaban mejor los nervios para anotar las canastas que permitían recuperar oxígeno en el partido. De esta manera, aunque el Granca pasó por un bache de más de siete minutos sin anotar; y de que en la recta final tenía que enfrentarse a su mayor castigo, los tiros libres, se mantuvo siempre con la ventaja que marcó a los 42 segundos Savané y acabó con una victoria celebrada a lo grande por la plantilla.

Juan Pedro Borrego