J 19: 2012 da la bienvenida a la UD con un mazazo (2-1)
07/01/2012

El árbitro Gil Manzano aprecia unas inexistentes manos de Ruymán en el área visitante y descarrila el esfuerzo grancanario en el partido contra el Hércules

Hay maneras de perder y maneras de perder. Hay también formas de equivocarse. La que el destino eligió en el argumento del encuentro de Alicante ha sido la más dolorosa para la UD Las Palmas que, tras realizar un partido muy completo y tomar la delantera con un gol de fabricación suiza, vio cómo se le escapaban los tres puntos del Estadio Rico Pérez en dos aciagos momentos. En la retina quedará la 'foto finish' del partido, sembrada con tanta polémica arbitral como en etapas precedentes del año finalizado. Colgaba el Hércules un balón a la desesperada en el área canaria. Ruymán saltó extendiendo su brazo y en él contactó la cabeza de Abel Aguiar. El colegiado se apresuró a pitar un penalti que argumentó ante los jugadores visitantes como toque del balón con la mano del defensa amarillo. Incluso en el acta reflejó Gil Manzano que la tarjeta que enseñó a Ruymán en esa jugada fue por jugar el balón con la mano "impidiendo que un adversario lo pudiera disputar"; algo que sólo sucedió en la imaginación del juez deportivo. La hipotética falta dentro del área por el golpe a Abel Aguilar, en cambio, sí tenía crédito. Esta maniobra de enorme confusión por parte del colegiado fue una decisión que dejó el partido en las botas de Michel, y este no perdonó ante Barbosa.

"Me ha dicho el árbitro que pitó manos; juzguen ustedes" dijo en sala de prensa un irritado Juan Manuel Rodríguez, que aucumula otra decisión más en contra de los intereses de la Unión Deportiva. Si Gil Manzano hubiese optado por la vía del codazo de Ruymán, las dudas serían mínimas porque el defensa abrió en exceso su extremidad superior y derribó con un golpe al atacante que saltaba. Pero esta coartada no es la utilizada y la intervención del extremeño en el encuentro en el partido descarriló todo el esfuerzo realizado por los amarillos durante los 88 minutos restantes, donde no se sintieron inferiores a un rival que llevó a tener contra las cuerdas.

La derrota es lo único que empaña la actuación grancanaria en el Rico Pérez. El diseño táctico de Juan Manuel bloqueó por completo al Hércules durante más de una hora. Y el partido se pudo encauzar para los intereses isleños desde la primera parte. Las Palmas, agazapada con muchos efectivos en retaguardia, castigaba a su rival con rápidos contragolpes. El orden defensivo del Hércules se cuestionaba con abundancia y fue Quiroga el hombre que más cerca estuvo de la heroica visitante. Fue él quien pudo abrir el marcador el la primera parte, cuando obligó al portero Falcón a realizar una tapada escalofriante a quemarropa. Pero ya el meta nada pudo hacer al inicio del segundo periodo cuando el argentino remató un centro enviado desde la izquierda con precisión de su compañero Ruymán Hernández.

Pero en la casa del pobre la alegría es efímera. Carlos Calvo estableció el empate apenas cinco minutos después, con un lanzamiento de falta que llevaba curare y que sorprendió a Barbosa. Este empate abrió definitivamente las hostilidades, con ofensivas en los dos sentidos del campo de juego resueltas sin puntería. Las Palmas nunca se sintió inferior a su rival y gozó de alguna oportunidad más para sentenciar el partido; el Hércules sólo amenazó a balón parado, con otro lanzamiento diabólico de Calvo que fue al poste tras tocar Barbosa el balón con los dedos. Y cuando ya se procedía al reparto del botín, llegó Gil Manzano y armó el Belén fuera de la Navidad.

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