"En la lucha canaria no hay hombre pequeño". Esa frase a modo de enseñanza la adquirió desde su juventud Cirio Santana. El puntal de referencia del Castro Morales piensa en ella ahora que se consuela observando desde las gradas el entrenamiento de sus compañeros, en la semana más intensa de la temporada. Él es la ausencia en el club de Las Huesas, cuya plantilla se conjura para derribar al coloso de la lucha de Gran Canaria, Juan Espino Trota, y con ello ganar al Almogarén en Valsequillo. Está en juego el viernes 14 de diciembre (21.00 horas) la final de la Liga Cabildo de Gran Canaria.

Está viviendo el Castro Morales una semana especial, después de eliminar al Roque Nublo en semifinales y afrontar el acontecimiento cumbre con la esperada revancha contra el primer clasificado de la Liga regular. Cirio no puede llegar a tiempo y deja en manos de su lugarteniente, Moisés Pérez (4 de enero de 1986, Las Palmas de Gran Canaria) la responsabilidad de liderar las sillas de su equipo. "Sé lo que nos jugamos, no siento especial responsabilidad", dice el destacado A del club teldense. "Ningún hombre nace con raíces en la tierra; todos tienen piernas y tienen que moverse", acuña de forma filosófica Pérez cuando le preguntamos por la posibilidad de derribar a Trota. "Por muy grande que sea y favorito también puede perder", añade.

No olvida Pérez las dos seguidas que Espino firmó para ganarle en la Liga regular, el mismo día en que se lesionó Cirio Santana. "La primera fue una cadera y la segunda un sacón de camisa a lo zurdo. No se me olvidará porque no puede volver a repetirse. El problema con Trota es que no siempre hace la misma lucha, puedes esperar cualquier cosa. Pero nosotros estamos preparados para todo en la final. Nuestra virtud", añade, "es que tenemos un equipo compacto desde la primera a la última silla. Y la solución puede ser saberlas utilizar".

Ha sido una mitad de campaña muy especial para Moisés Pérez. "En el verano me entrenaba por Las Canteras, sin equipo. Había terminado en Vecinos Unidos; estaba a punto de abandonar la lucha. Pero ocurrió lo de la baja de Zurita en el Castro Morales y me llamaron para reforzarles. Vine con ilusión y me he encontrado un ambiente de lucha extraordinario, con un equipo que está equilibrado. Sigo como destacado ... en realidad creo que es mejor esta condición que la de puntal porque tal y como está la lucha actualmente se puede ganar más dinero como destacado".

Cirio ratifica las palabras de su compañero. "Nuestro mandador Juan Martel no sólo va a tener que acertar en las primeras elecciones sino ejercer como zahorí para adivinar lo que podría suceder posteriormente. Estamos tranquilos porque en eso es un maestro". En su opinión, ya quedó demostrado en la semifinal frente al Roque Nublo, donde el Castro Morales volteó en el Cruce de Arinaga un marcador adverso en la ida. "El equipo está ahora muy concentrado, como hizo entonces ante el Roque Nublo. Aunque el Almogarén pueda parecer favorito porque está en sus filas Trota, lo cierto es que yo veo la lucha muy igualda y el resultado va a ser apretado".

Y en su caso toca esperar. "Vamos bien en la recuperación de mi lesión pero aún estoy dolorido. Los plazos son imprecisos, quizá se tengan que alargar un poco más. Me gustaría salir a luchar pero ahora sólo puedo expresar la confianza que poseo en mi gente. En Moisés, en Jaime Rivero, Oliver Mejías -que por cierto fue lucha a lucha con Trota- y en todos los demás. Nos espera un viernes apasionante".

El Castro Morales no estará solo en el terrero de Valsequillo. La cercanía y el ambiente generado en torno al equipo hará que el graderío, como los corazones, esté también dividido. "Lo mejor de todo es que la lucha está resurgiendo en Gran Canaria", apunta con bisturí Cirio.

Manuel Borrego

Todo Castro Morales (luchadores y dirigentes) posan en la semana previa a la gran final contra el Almogarén. Los ánimos están elevados para dar la sorpresa en Valsequillo (C. Torres)