El líder del Castro Morales confía en recuperarse para el torneo regional; el último pronóstico es de dos meses de inactividad
"¿Desmoralizado?. Para nada. En mi vida he pasado situaciones muy delicadas y he superado importantes lesiones. Incluso una arritmia, en una etapa en la que los médicos llegaron a pensar que tendría que abandonar el deporte. Queda mucho Cirio todavía". Diez días después de su grave lesión frente a Juan Espino 'Trota', Cirio Santana (14 de mayo de 1975) comienza a ver la luz. Se ha puesto en manos del doctor Gerardo Garcés y del recuperador David Álvarez, otrora miembro del staff del FC Barcelona. Tras la primera sesión "con unos electrodos que producen un dolor tremendo", el puntal del Castro Morales sintió una especie de euforia personal. "Porque pude incluso levantar el brazo. Hemos de tener paciencia y muchas precauciones, pero vamos a hacer todo lo posible por acortar los plazos de recuperación".
En un primer momento se le diagnosticó unos cinco meses para recuperarse de las roturas sufridas en la luchada contra el Almogarén. Pero Álvarez y Garcés le han comentado que "en ocho o diez semanas, dos meses, puede estar totalmente recuperado. No creo que apto para la lucha, pero sí para iniciar otra vez la puesta a punto. Es que tengo una gran ilusión en luchar por el título Regional", añade. "Haremos todo lo posible para volver en esa competición, cuyo título es el único que me falta en mi trayectoria deportiva. Por ello fiché este año en este club donde todo han sido atenciones y muestras de amistad".
"David Álvarez es un fuera de serie, de verdad. Se trajo de Estados Unidos la tecnología punta su trabajo. Estoy en sus manos". Pasados estos días y tras soñar varias veces con lo que ocurrido aquella noche en Valsequillo, Cirio ha encontrado la solidaridad de toda la lucha canaria. Empezando por el propio Juan Espino: "Vino a hablar conmigo. Le comprendo. Me lesioné mientras nos agarrábamos y, aunque en aquel momento le dije ¡para, para!, él no tuvo tiempo para reaccionar. Ocurrió todo en fracciones de segundos y en medio de un ambiente pasional en el terrero. Me dijo que no me escuchó y que tenía que tirarme como fuera. Que no iba a parar porque su rival era Cirio, que tenía que tumbarme y no dejar una lucha a medias. Él no sabía entonces que ya estaba lesionado ... El chico ha tenido un detalle muy bueno al hablar conmigo, que le honra", apunta con noble razonamiento.
UNA NOCHE INOLVIDABLE
"Nunca había vivido una cosa como la de aquella noche", añade cuando le preguntamos por la euforia reflejada en las gradas, divididas entre los que animaban al puntal del Almogarén y al del Castro Morales. "Hacía mucho tiempo que la lucha canaria no vivía un momento tan especial como aquel. Desde dentro estaba emocionado, como imagino que también lo estaría Juan. Pero, a pesar de mi dolor, lo que más me impresionó fue la ovación de todo el terrero cuando me iba al hospital. Eso me ha llenado muchísimo y demuestra que la gente de la lucha sigue siendo diferente".
"Nadie me había tirado antes como lo hizo el Trota, ni el Pollito en sus momentos mejores", aclara Santana. "Pero no es invencible y el Castro Morales estaba aquella noche en condiciones de demostrarlo. Caí de aquella forma porque pensé que era mejor no resistirme. De haberlo hecho, la lesión se habría multiplicado. Cuando estaba en el suelo pensé que había llegado el final y que tendría que pasar por el quirófano. Tenía una fatiga enorme pero me acuerdo de muchas cosas que allí ocurrieron".
UNA RIVALIDAD NECESARIA
"La rivalidad que se ha fraguado en este torneo es algo que necesitaba la lucha canaria. Ha sido preciosa y no está nada decidido. Me gustaría ayudar a mis compañeros porque sufro mucho viendo una luchada como hoy", habla al término del encuentro con el Roque Nublo en el Cruce de Arinaga. "Me costará volver a coger el momento de forma que había adquirido. El mandador Juan Martel me metía unos tutes de lucha tremendos y ha logrado equilibrar un gran equipo. Le habíamos ganado al Chimbesque, como muestra de nuestro potencial. Con la unión que hay entre todos los miembros del equipo apuntamos alto", concluye.