"El mejor recuerdo de mi etapa en el Canteras fue el ascenso y el mejor jugador, sin duda, era Miguel Ángel, un verdadero jefe en la cancha" admite
Jan Lauridsen no es sólo el rubio del Canteras y jamás había pisado Obispo Frías hasta este sábado. El ciclón de Aarhus llegó al balonmano español como integrante de aquel histórico club representativo grancanario. Apenas tenía 21 años (nació el 18 de enero de 1963) cuando arribó a Gran Canaria para su gran aventura. Fue un jugador poderoso, que combinaba velocidad, potencia y técnica para cualquiera de las posiciones de primera línea, rodeado de notables jugadores grancanarios. Eduardo Fernández fue quien avaló su fichaje pero el entrenador asturiano alucinó al comprobar en pista las condiciones deportivas de un brazo de oro que venía para relanzar al equipo que entonces ya jugaba en San Román. No vino en solitario. Le acompañó unas semanas después Jens Cristensen, el frío portero de Vejle, un araña bajo palos muy eficiente. La pareja danesa ha sido, sin duda, el mejor tándem de refuerzos del exterior contratados por aquel club que hoy está tratando de resurgir desde las cenizas. "Me pone muy triste pensar que todo aquel ambiente que vivimos en Las Palmas con el Canteras ya no existe. Es una pena que el club no pudiera seguir en competición; tenía una afición muy fiel" valora Jan.
Lauridsen ha vuelto a la Isla para reencontrarse con sus amigos, luego de ser captado en facebook por Agustín Medina, su compañero portero también en club de la calle Alceste. Se siente orgulloso de aquella decisión de juventud que le llevó dos temporadas hasta "mi segunda casa. Me siento aquí siempre muy a gusto. He estado con mis compañeros en la cena (el viernes) hablando de aquellos días. Me emocionaron, recordamos muchas cosas". Jan enloquece cuando ve las papas arrugadas. Le lleva una muestra a su esposa Jette, que le acompaña en esta excursión familiar a la isla. La papita la impregna con mucho mojo rojo, que no falte. "Ahora entreno en Aarhus balonmano. Tengo dos hijos: Jacob, de 20 años, y Jeanette, de 23 años también. No he tenido noticias de Jens desde que dejamos la isla", responde a la pregunta de cómo se encuentra su compatriota.
"Mi mejor recuerdo es, sin duda, el día del ascenso con el Canteras en Alicante. Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida profesional. Fue una explosión de alegría que aún revivo", añade. "Creo que para mí el mejor jugador de los que conocí aquí fue Miguel Ángel. Era todo un verdadero jefe en la cancha, con mucho carácter en la cancha y buen brazo. Para mí fue una ayuda conocer a un jugador de su experiencia, pero todos mis compañeros siempre me hicieron sentirme como uno más", añade.
El paso de Lauridsen por el Canteras fue pletórico. Aquel año del ascenso anotó "186 goles y fui el máximo realizador de la Liga" precisa con certeza el que fuera considerado mejor jugador de aquella división. Tras su experiencia en la denominada entonces División de Honor con el equipo grancanario regresó a Dinamarca y siguió allí su trayectoria deportiva. "Fui ocho veces internacional absoluto en balonmano y también, luego, como futbolista una vez, en un encuentro frente a Alemania". Conquistó como delantero del Aarhus Gymnastikforening un título de la Superliga danesa (1987) y dos trofeos de la Copa del país (1987 y 1988); juego competiciones europeas para más tarde actuar en la Segunda División como integrante del Viborg.
Aún hoy, tras una plácida retirada, es reconocible en una cancha de juego porque el balonmano vive en él.