58-55: El Gran Canaria lucha pero sigue sin saber ganar
06/11/2011

Los amarillos firman su peor inicio de competición en los últimos veinte años en la máxima categoría

El Gran Canaria pierde en Alicante (58-55) y firma, por el momento, el peor inicio de temporada desde el debut en la máxima categoría. Salvo aquel primer año (1985) en el que la novatada se pagaba con un 0-6, los amarillos nunca han estado en una victoria y cinco derrotas cuando se alcanzaba la jornada sexta de la competición regular. Los isleños fueron incapaces de apelar al histórico de buenos resultados en el Centro de Tecnificación de Alicante, e, imposibilitados de activar su potencial anotador, volvieron a sufrir la falta de un referente ofensivo para caer a manos de un irreconocible Lucentum, que se asienta entre los mejores de la competición.

En estas 21 participaciones la pero ocasión se dio hace una década, el Gran Canaria había llegado en 2001 a la jornada sexta en las mismas condiciones en las que llegó en este curso. Entonces, el equipo amarillo sufrió uno de sus peores años deportivos, y se salvó por los pelos tras una larga rueda de cambios en la plantilla.

Por ahora, el Gran Canaria sólo parece necesitar un jugador que tome, con confianza, la responsabilidad ofensiva en la cancha. El resultado en Alicante mantiene viva la luz de emergencia de un conjunto que tiene que convivir en una zona de la clasificación muy extraña. Quizás por este motivo, el Granca salió a la cancha del Lucentum completamente desorientado, regalando posesiones desde la situación de Taurean Green que le dieron la oportunidad a los locales de adquirir, en un abrir y cerrar de ojos, una renta de nueve puntos.

La sangría de balones perdidos del base norteamericano fue insoportable en el marcador; y a pesar de los denodados esfuerzos de hombres como Palacios o Bramos por restaurar la situación, los de Txus Vidorreta administraban su renta y hacían la goma en el electrónico cada vez que veían a los amarillos acercarse a sus guarismos. El pívot colombiano se dejaba la piel en la lucha y terminaba exhausto por momentos. Eso sí que no le falta a la plantilla del Granca, capacidad de trabajo y entrega.

Pero con lucha no es suficiente para sumar victorias en la Liga Endesa. Faltan serenidad y cualidades anotadoras para hacer bueno el trabajo que se realiza en defensa. Con esos criterios de juego, el Gran Canaria se acercó hasta un punto en el tercer cuarto (40-39), bajo la batuta de Tomás Bellas en la pista. Sin embargo, el base madrileño cometía en ese instante una peligrosa tercera falta personal y tenía que dejar su puesto a Green, que nada más salir a la cancha retomaba su concierto de despropósitos y propiciaba un nuevo despegue de los locales.

El final del tercer cuarto finalizaba con un desalentador 49-41. Martínez se veía obligado a arriesgar a sus naves principales en el inicio de la recta final. Con Bellas, Haynes, Beirán, Nelson y Ekperigin en el quinteto, los representantes isleños salieron muy entonados al último cuarto y volvieron a disponer de posibilidades de salir triunfales cuando estrechaban distancias hasta un punto (49-48). El Lucentum parecía haberse contagiado entonces de los males amarillos. La defensa visitante les provocaba pérdidas y malas posesiones de lanzamiento y con Haynes asumiendo su rol de jugador referente, el partido entraba en una fase de indefinición en la que el ambiente tendría mucho que decidir.

En esa situación, el conjunto local se crecía en defensa y Kone se convertía en una barrera muy complicada de superar en las cercanías del aro alicantino. Los nervios se apoderaban de los dos equipos cuando el reloj ‘volaba' hacia el final del partido. Con 51-48 en el marcador y con 2 minutos y medios por disputarse, Ivanov anotaba un tiro libre que parecía providencial, pero Haynes se inventaba un triple que dejaba mudo al Centro de Tecnificación (52-51). Desde entonces se produjo un intercambio de canastas y fallos que en nada beneficiaba a los amarillos.

En esas circunstancias, el rebote ofensivo local iba a ser crucial. Ivanov volvía a robarle la cartera a los hombres altos del Granca y desde la línea de tiros libres, Llompart sentenciaba la derrota isleña (58-55) anta la algarabía de sus seguidores y la desolación de los de Pedro Martínez.

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