Por Higinio Medina
Una vez conocida la alineación que la Unión Deportiva Las Palmas presentaba para enfrentarse al Almería estuvimos tentados de titular este artículo como: La sorpresa del efecto sorpresa. La razón no era otra que la inclusión de Randy por primera vez en La Liga Adelante, y es que el entrenador del equipo amarillo casi nos tiene acostumbrados a variar elementos con los que intentar sorprender al equipo contrario en busca de una rentabilidad que por lo demostrado hasta ahora no ha sido todo lo efectiva que se esperaba. De hecho Las Palmas ha estado prácticamente a merced del equipo Andaluz durante los primeros 30 minutos del partido, en los que la posesión del balón fue manifiestamente a favor del mismo.
Evidentemente el entrenador conoce mejor que nadie el estado de sus jugadores y todos los miembros de la plantilla tienen que estar prestos para cuando su aportación sea necesaria para el equipo. También es evidente que la toma de decisiones en este sentido, aunque no debiera, puede afectar en el estado anímico a otros jugadores que ven que sólo son utilizados a partir de determinadas circunstancias y siempre en "plan revulsivo", limitando por consiguiente sus expectativas. Creemos que pueda ser este particular tema de un debate que podríamos titular: "Sorpresa vs Identidad".
Afortunadamente y después de la primera media hora la Unión Deportiva comenzó a tener más presencia en el partido y de equipo dominado pasó a equilibrar la contienda con un esfuerzo digno de encomio ante un rival de los llamados a luchar por el título y que en distintas fases del partido comenzó a verse superado a pesar de adelantarse en el marcador.
Por momentos apareció en escena la ansiedad en algunos jugadores canarios, con cierta precipitación cuando llegaban a las inmediaciones de la portería rival. Pero al margen de estos detalles vimos a una escuadra luchadora con poca fortuna, a la que se le había escatimado una vez más generar una opción de peligro al no señalarse un claro penalti a Vitolo, y van...
A pesar de las circunstancias el propósito era claro, no salir de vacío del Estadio de los Juegos del Mediterráneo y se bregó para ello, pero el tiempo transcurría y el esfuerzo parecía baldío, hasta que cumplido el alargue, una falta, que de no haberse cometido hubiera dejado el resultado tal cual indicaba el marcador, hizo bueno al refrán y cuando todo parecía irremediable llegó el gol del empate, un gol que sabe a victoria y que sin lugar a dudas viene a demostrar que cuando se tiene fe todo es posible, aunque como en este caso hayamos tenido que esperar al último minuto...