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Manolo Torres, el primer crack repatriado

El 14 de octubre de 1951 debutaba con la camiseta de la UD Las Palmas el talentoso jugador que había destacado en las filas del Atlético de Madrid y Málaga

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 13/10/2011 - 18:05

Centrocampista de juego profundo, especialista en los lanzamientos de faltas y penalties; jugador temperamental capaz de llevar sobre sus espaldas el liderato de un equipo. Así definían en la época al medio volante con el que la UD Las Palmas iba a trata de reconducir sus primeros pasos en la División de Honor del fútbol español. El 14 de octubre de 1951 (se cumple este viernes sesenta años de aquella efeméride) Manolo Torres Díaz se enfudaba por primera vez la camiseta amarilla del joven club de su tierra para convertirse en el primer futbolista considerado crack que el equipo grancanario había logrado repatriar en el intento de establecer residencia en la máxima categoría del fútbol español.

Los primeros cinco partidos de Liga del campeonato llevaron a una rápida conclusión a la directiva de que aquel equipo, formado apenas dos años antes, necesitaba algo más que ilusión. Las derrotas frente al Real Madrid (1-4), Celta (5-2), Sevilla (5-0) y Coruña (3-1), además del empate en casa con el Santander (1-1), propiciaron que en una fugaz operación la UD Las Palmas se hiciera con los servicios de Manolo Torres y también de Beneyto, ambos en el Málaga, por un montante de casi un millones de pesetas de la época.

PRIMER TRIUNFO CANARIO EN PRIMERA

Apenas sin tiempo para asimilar su nuevo rol en el equipo, porque Torres viajó hasta Gran Canaria en el mismo avión que lo hacía el rival del 14 de octubre de 1951, el Atlético Tetúan -recuerda en la Historia de la UD Las Palmas el consejero e historiador de la entidad Antonio de Armas-, el futbolista porteño se enfundó la casaca amarilla en el Estadio Insular para ayudar a la que también sería la primera victoria de un equipo canario en la Primera División: 4-1, con dos goles del propio Manolo Torres y otros dos de Tacoronte.

Desde la perspectiva actual, aquel esfuerzo realizado por la joven entidad resultó estéril porque Las Palmas no logró la permanencia en la categoría, a pesar de que fue mejorando con posterioridad su plantilla con la llegada incluso de los primeros extranjeros: el francés Jean Luciano (procedente del Real Madrid) y el húngaro Andre Nagy (del Estrasburgo), por este orden cronológico, al margen de otros futbolistas como Gallardo, Parajón, Oscar e incluso el ágil portero Pepín. Pero, en cambio, empezó a cimentar el nuevo proyecto de ascenso a la máxima categoría, el de 1953-54, en donde Torres volvió a tener una singular participación.

204 PARTIDOS, 55 GOLES

En total Manolo Torres participó de amarillo en 204 encuentros, 137 de ellos en Primera; con 55 goles en su haber, 29 en Primera. La idea de la vuelta de los grandes jugadores canarios que triunfaban en la Península perduró durante algunas temporadas en el proyecto de la UD Las Palmas, que logró captar a los Rosendo Hernández (del Zaragoza, 1952), Rafael Mujica y Alfonso Silva (del Atlético, 1956) o Luis Molowny (del Real Madrid, 1957) como los casos más significativos, algunos de ellos casi en el momento de colgar las botas.

La elección de Torres, sin embargo, dejó escuela al tratarse de un futbolista que ejerció durante ocho temporadas, causando impacto entre los aficionados por su peculiar interpretación del fútbol. Formado en el RC Victoria, había sido traspasado al Atlético de Madrid por 175.000 pesetas antes de la fundación de la UD Las Palmas. Militó dos años en el club madrileño (1947 a 1949) sin concretarse su titularidad en una gran plantilla con ilustres nombres canarios. En el Málaga actuó dos temporadas (1949 a 1951) y fue rival de la UD Las Palmas en el célebre partido del ascenso a Primera en el Insular el 8 de julio de 1951. Tres meses después, ya era del todo amarillo.

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