El Gran Canaria se marcha de Málaga con sensaciones encontradas tras la disputa de la primera jornada de la Liga Endesa. Tras dominar el partido casi en su gran parte, los isleños terminaron desbordados por la artillería exterior del Unicaja y cediendo la primera derrota de la temporada además con un marcador engañoso (85-68). Tres primeros cuartos serios, de disciplina férrea en defensa por parte de los amarillos, y un último en el que el Unicaja desató su furia desde el perímetro, sellaron un encuentro en el que el Gran Canaria hizo debutar a cuatro nuevos jugadores marcando las primeras pautas de lo que va a ser su filosofía de trabajo en el presente curso.

Por ahora se cumple la lógica del complicado inicio de liga del Gran Canaria. Los amarillos han perdido el primer encuentro, pero dejan sensaciones como las de que el margen de mejora es amplio y las posibilidades de lograrlo son bastantes. Con cuatro debutantes en la competición, dos jugadores ‘recién' salidos de importantes lesiones, y la pérdida en el quinteto fuerte de dos hombres referentes, los amarillos fueron capaces de hacerle la vida imposible al Unicaja durante tres cuartos de partido.

Serios y tácticamente bien entrenados en defensa, el conjunto de Pedro Martínez fue capaz, incluso, se asumir las exigencias desiguales de los colegiados hacia los dos bandos. Castigados con mayor rigurosidad que los locales, los representantes isleños no le perdían la cara al partido. La rotación del quinto pívot se nota favorablemente para contrarrestar la deficiencia física dentro de la zona, y, por momentos, el Granca, a base de robos y contra se iba haciendo con el control del tempo del partido.

Así adquirió su primera ventaja en el luminoso a los 9 minutos con 13-15, y se adueñaba del electrónico en el segundo cuarto, que ganaba por 12-16. A falta de un líder anotador como Jaycee Carroll, que en esta jornada apenas jugaba 18 minutos para anotar seis puntos, el nuevo Gran Canaria se reparte la responsabilidad ofensiva. Ante Unicaja sólo faltó por anotar Román Martínez -curiosamente, el único que no tenía el nombre en la camiseta-. Casi todos anotan, aprovechando la solidaridad ofensiva de cada una de sus piezas y las contras provocadas por el alto número de balones recuperados.

Así llegaron a tener una renta máxima de nueve puntos muy cerca de llegar al término del tercer cuarto (46-55) y tras un triple galáctico de Taurean Green. Pero eso no hizo más que encender al Unicaja. Los malagueños, que parecían estar contra las cuerdas, tuvieron la virtud de no dejarse embaucar por su mal acierto en el tiro exterior de los 30 primeros minutos. Garbajosa y sus compañeros insistieron en poner en juego el arma letal del ex internacional español y los últimos once minutos hicieron casi tantos puntos como en los 29 anteriores.

EL MIÉRCOLES, SEGUNDA JORNADA

El Gran Canaria se vio desbordado por la maquinaria ofensiva malagueña. Los hombres de Pedro Martínez olvidaron los buenos criterios del juego que les llevaron a creer en la primera sorpresa del curso. Las precipitaciones, dejar de creer en la defensa como mejor virtud, permitir lanzamientos francos a los locales dejaban el camino libre para un Unicaja que se gustó más en el tramo final; y que se dio un baño de reconciliación con su público.

El Gran Canaria vuelve a casa con urgencia. El miércoles, a las 12.00 tendrá que asumir otro nuevo reto. El Caja Laboral será un visitante incómodo para los de Pedro Martínez.