La era de Ramírez ya es la tercera más prolongada en la historia de la UD
12/07/2011

El pasado 8 de julio alcanzó su sexta temporada al frente del club. Sólo le superan los míticos Juan Trujillo Febles (quince años) y Atilio Ley Duarte (ocho), presidentes de la etapa dorada entre 1959 y 1982

Las mejores etapas de los clubes coinciden con ciclos equilibrados, donde la continuidad de los administradores y sus proyectos hace que la confianza germine y crezca. El periodo glorioso en la historia de la UD Las Palmas sólo conoció dos presidencias en 23 años: Juan Trujillo Febles (quince temporadas entre 1959-1974, el subcampeonato y el tercer puesto de la Liga) y posteriormente Atilio Ley Duarte (ocho campañas, entre 1974-1982, con el subcampeonato de Copa), incrustándose entre ambas etapas los 19 ejercicios consecutivos del equipo amarillo como integrante de la Primera División (1964-1983). Aquello, por desgracia, cambió de forma radical desde el descenso de 1983 y de forma especial desde 1992, cuando el club se convirtió en Sociedad Anónima Deportiva y por el despacho presidencial de Pío XII pasaron hasta ocho titulares.

Sin embargo, a pesar de los graves condicionantes en los que el club se vio inmerso desde su entrada en la Ley Concursal, la de Miguel Ángel Ramírez ya se ha convertido en la tercera etapa más prolongada en la historia del representativo grancanario. Precisamente este pasado 8 de julio, el actual titular del consejo de administrativo conmemoraba (aunque ausente de la isla) su sexta temporada consecutiva al frente del club, superando así el registro que le precede y que corresponde a Eufemiano Fuentes en dos etapas (1950-1955 y de forma transitoria en 1959).

ÚNICA OPOSICIÓN

En realidad la gestión de Miguel Ángel Ramírez se había iniciado de forma extraoficial unos meses antes de ese 8 de julio de 2005, cuando se puso al frente como emisario empresarial ante el Juzgado de Lo Mercantil, para iniciar la cruzada de salvar de la disolución a una UD Las Palmas en concurso de acreedores, con 72 millones de euros en números rojos que le llevaron al patíbulo. El control de una sociedad que posee unos 5.200 propietarios lo ejerce Ramírez con un valor nominal de acciones a su cargo o de su empresa que cubre el 8,9% del capital social. Pero más valioso que sus títulos en la sociedad es el  intacto respaldo de los principales accionistas. El 12 de mayo de 2010 fue reelegido presidente con la única oposición del accionista Manuel García Navarro.

Seis años después, con la precauciones que impone una grave situación económica mundial, con el receso en las aportaciones de patrocinadores y subvenciones, con los titubeos del propio abonado y con una competencia a veces desleal en el fútbol profesional, su proyecto continua con una idea de austeridad y rigor, proporcionando cada vez más acento canario al vestuario y sin perder la perspectiva del sufrimiento y de la ambición.

El futuro siempre empieza por tener cimientos en el pasado. La nueva UD Las Palmas camina con una hoja de ruta, que a veces levanta la esperanza y otras rescata el sufrimiento. Es el sabor con denominación de origen de este club que bajo el nuevo consejo sigue preparando el proyecto más canario de las tres últimas décadas. Esa osadía merece, al menos, el respeto y el respaldo porque mira a los ojos a su realidad.

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