Los amarillos perdieron en el segundo encuentro del play off ante el Baskonia. Los pequeños detalles en la actuación arbitral desnivelan más la balanza en favor de los vascos
Aunque no lo pareciera, el Gran Canaria cayó derrotado en el segundo encuentro del play off por el título ante el Baskonia (76-93). Esta derrota, en la que mucho ha tenido que ver la justicia arbitral, les elimina de la lucha final y les hace descender una posición en la clasificación. Serán sextos al final de la Liga, porque el Bilbao consumó su hazaña y derrotó, por 2-0, al Power Electronics Valencia.
Pero no pareció que hubiese sido una derrota por el postpartido que se dio en el Centro Insular de Deportes. La afición volvió a dictar sentencia, pero esta vez con el mismo grado de ponderación que suponía la presencia de su equipo en las series finales. ¡Impresionante! Los pelos como escarpias en todos y cada uno de los componentes del club; y un final de temporada que sonó a despedida casi definitiva para algunos de los componentes.
Una de las características del Granca de este curso ha sido el periodo de caducidad de la mayoría de los contratos del primer equipo. Por orden de veteranía, Jim Moran, cuya manifestación personal delataba el final de una etapa en su vida deportiva, sacó a relucir la mejor de sus virtudes para combatir, desde la línea de 6,75 metros la brutal defensa a la que se sometía a su compañero Jaycee Carroll en el partido. Al escolta estadounidense consiguieron sacarle de sus casillas los marcajes de Oleson y Ribas, con el consentimiento de un trío arbitral que quizás no dejó de pensar en las manifestaciones de Pedro Martínez al término del partido de Vitoria, "no serán capaces de defenderle así en Gran Canaria". Pues lo hicieron; y en eso, a los aficionados le faltaron reflejos para sancionarlo debidamente. Los defensores vasco ya podían pasar por encima de la espalda de Carroll que no había sanción. Así era imposible jugar.
No obstante, el Gran Canaria de ayer, el de nueve participaciones en play offs, marcó su estilo de juego durante la mayor parte del partido. Ajenos a la ‘ausencia' de aportaciones de su estrella, los jugadores amarillos fueron capaces de hacer un primer parcial de esos que hacen que se froten los ojos. 28-24 indicaba el marcador del CID al término de los primeros diez minutos. Y cuando se llegaba al descanso, la situación no variaba en demasía (43-41), aunque con una lectura a las estadísticas se revelaba las consecuencias de que los de Martínez hubiesen sido incapaces de despegarse en el marcador. Dos tiros libres lanzados por los locales, por doce de los visitantes. Ocho faltas sancionadas a los amarillos; por seis a los blaugranas. Y 10 rebotes del Granca, por 18 del Baskonia.
El conjunto de Ivanovic estaba llevando el partido hacia el rincón que más le convenía. Los nervios fueron incrementándose en el equipo local, ante la impotencia para resolver con garantías el encuentro antes de llegar al cara o cruz del último cuarto; y un trío arbitral que no estaba siendo justo con la máxima de imparcialidad que se le presupone. Tras la vuelta de los vestuarios, el Baskonia dejó de confiar en que Teletovic volvería a ser su mano salvadora. El pívot balcánico no tenía su día desde el perímetro, pero encontraron a Oleson para hacer el trabajo de demolición necesaria.
El Caja Laboral empezó a sumar de tres en tres en el marcador, con Palacio y Emeterio sumados a la fiesta del triple y al Gran Canaria le costaba más de la cuenta llevar un ritmo anotador consistente. Así, el Baskonia tomó la delantera a tres minutos para la finalización del tercer cuarto (53-55); y desde ese momento jugó casi a placer, e hizo lo que quiso sobre el parquet, incluso agredir a los amarillos (balonazo de Marcelinho a Tomás en el suelo, o acoso de Teletovic a Beirán) sin que los colegiados hicieran nada por impedirlo.
Al Granca, ya desorientado y maniatado por la presión a la que había sometido injustamente por un arbitraje de esos que no se deberían de pagar, le pudo la situación, y en dos minutos de un ictus en su juego, permitió que el rival se escapara definitivamente en el electrónico (62-79). Sólo el orgullo evitó una mayor sangría; y esa sangre hirviendo en las venas despertó la sensación de que la lección hará más fuerte al Granca en el futuro...... Si el Cabildo quiere.
Juan Pedro Borrego