El ex jugador se identifica con el dolor de Jonathan Viera mientras recuerda su etapa profesional entre los grandes de la historia de la UD Las Palmas: "no supe valorar entonces dónde estaba", admite
Aún hoy, pasados casi 37 años de una victoria inolvidable, la ciudadanía para por la calle a Felipe Ojeda (Trona) para hablarle del célebre tanto en blanco y negro a Sadurní, el que batía en el Estadio Insular al Barça de Rinus Michels ... y Johan Cruyff. "¡Qué recuerdos!", admite. "Ese es el gol de mi vida, por la importancia que tuvo en aquel momento y lo que significó en mi carrera. El otro día precisamente lo estuve viendo otra otra vez en casa, porque mi hijo me consiguió un video. Lo vivo igual que entonces, pero yo hice muchas cosas más importantes en el fútbol", apunta.
El pasado sábado 19 de febrero, en el Estadio de Gran Canaria, sintió un afecto personal con la actuación de Jonathan Viera puesto que el joven canterano participó en el encuentro contra el Villarreal luego de padecer una luxación en su hombro derecho. "Cada vez que veo a un chaval en esta circunstancia se me ponen los pelos de punta. Y me identifico totalmente porque éste fue un problema que yo mismo sufrí en mi trayectoria profesional", confiesa Trona. "Era un lesión que tenía de pequeño, en los dos hombros, pero la padecí especialmente en los terrenos de juego. Los hombros se me descolocan con absoluta facilidad, aún hoy. Me ocurría en los entrenamientos y en los partidos. Sufrí muchas luxaciones; la más curiosa fue una tras marcar un gol en Sabadell, en el instante de rematar a puerta y amoldar mi cuerpo al disparo. No pude seguir en el encuentro. Me he acostumbrado tanto que yo mismo sé reducirlas, con un movimiento brusco así (Trona realiza la prueba agarrándose una muñeca y girando con decisión el brazo). La articulación se sale de su sitio incluso poniéndome una chaqueta", admite. "O durmiendo. Es muy doloroso".
Recuerda que la primera de sus luxaciones se produjo en la playa, durante unos juegos infantiles con amigos: "Para mí el club cometió un error porque no supo solucionar este asunto de carácter estrictamente médico. Tenía que haberme operado y no condicionar mi juego a este problema, que no era el único físico que padecía".
Trona nos descubre otro de sus secretos profesionales. "Un amigo de la infancia, precisamente quien me bautizó con el apodo, me dio un fuerte golpe con la tapa de un caldero en el ojo derecho. Y perdí desde entonces parcialmente la visión. Jugué al fútbol condicionado aunque me acostumbré a vivir así porque la visión la realizaba el ojo sano. En una ocasión estuve con don Jesús García Panasco en Barcelona pasando consulta con el prestigioso oftalmólogo Barraquer. Y entonces me dijo que si me operaba podría recuperar un diez por ciento de la visión. No lo hice, pero hace tres años pasé al fin por el quirófano y recuperé el cincuenta por ciento. Estoy muy contento ... pero de los hombros no me opero a estas alturas. Ni hablar".
"NUNCA ASUMÍ DÓNDE ESTABA"
Trona debutó con veinte años, siete meses y once días en una UD Las Palmas que entonces era uno de los clubes dominantes de las competiciones española. Emergía en una plantilla de jugadores consagrados y asume que algo no llegó funcionar: "Llegué muy joven y, pasados los años, comprendo que nunca asumí realmente dónde estaba. Fue una etapa muy feliz de mi vida pero no sentía esa responsabilidad que se requiere para estar en un equipo de aquellas características. Dejar de jugar durante semanas, ser suplente, no representaba un trauma para mí. Si esta oportunidad me ocurre ahora actuaría de otra manera".
En esa tropa amarilla de los años sesenta y setenta había para él tres jugadores imprescindibles: "La columna vertebral la integraban Tonono, Guedes y Germán. Estaban muy bien rodeados por futbolistas de la talla de Castellano, Gilberto, Martín, José Juan, ... que hacían un trabajo impagable, como las pillerías de León. Nosotros éramos la cuña en la que se apoyaban aquellos grandes jugadores. Insisto: en aquel momento, por las circunstancias que fueran, no supe valorar con exactitud dónde estaba".
EL MEJOR TRONA
Sin embargo, como algunos otros canarios de la época, en 1976 Trona inició su propia travesía peninsular por el Deportivo de la Coruña, Alavés y Córdoba: "En los dos primeros clubes destaqué con luz propia. Sus aficionados vieron al verdadero Trona. Me amoldé muy rápido al estilo de juego y era yo el que mandaba. Así de claro. Y eso que en el Alavés, por ejemplo, coincidí con gente muy experimentada (entre otros Valdano) y ganaba poco. Hoy comprendo que para haber triunfado en la Unión Deportiva tenía que haberme sacrificado más"
"CONTRA EL BARÇA NOS CRECÍAMOS"
Trona fue un afortunado. Su ángel deportivo le permitió conocer a los grandes de la Unión Deportiva Las Palmas, incorporándose a aquel acorazado después de las temporadas del subcampeonato y el tercer puesto en la Liga española. Justifica que la entidad grancanaria se quedara a las puertas de la gloria porque "le ocurrió un poco lo que le está pasando actualmente al Real Madrid. El título fue para un equipazo como el Barça de Guardiola pero detrás quedó un conjunto que se comportó como un campeón. Y eso fue lo que nos pasó en aquella época con un Real Madrid que era intratable". Así que también descubre que el comportamiento de la propia Unión Deportiva era distinto ante estos mismos rivales: "Contra el Barça nos crecíamos, pero al Madrid le teníamos un respecto quizá excesivo. Y no explico por qué pero ahí están las estadísticas y los resultados".
A pesar de sus cualidades técnicas y la posición natural en el centro del campo, Trona estuvo a punto de sufrir una transformación definitiva como defensa central. De hecho, practicaba en esta demarcación a las órdenes de Miguel Muñoz. Pero el destino no fue para él: "Pude haber sido el central que sustituyera a Wolff cuando le vendieron al Real Madrid. Era una posición en la que me sentía muy a gusto pero antes de comenzar el campeonato enfermé y Muñoz le brindó la alternativa a Felipe Martín. Jugó tan bien que acabó siendo internacional". Recuerda Trona que "como defensa tenía la virtud de salir al ataque con el balón y con un par de zancadas me ponía en el centro del campo. Fue una oportunidad que aprovechó muy bien Felipe".
De los entrenadores que conoció en la UD Las Palmas destaca Trona la figura de Heriberto Herrera: "Nos hizo ver la disciplina, la seriedad en el campo, la estrategia, ... Era un entrenador de futuro, adelantándose en el tiempo. Su sistema no iba acorde, quizá, con los jugadores que él tenía a sus órdenes. Era tan bueno en la preparación que el futbolista se iba a su casa intrigado en saber qué es lo que tendría que ofrecer Herrera al día siguiente. Y esa era una parte de su éxito: el jugador seguía pensando en el equipo mientras descansaba".
También tiene unas palabras de elogio hacia Luis Molowny porque "sabía muchísimo de este juego. Decía las palabra justas para sacarle el máximo provecho a la plantilla. Eso es un don que tienen pocos entrenadores".
Así es Trona: internacional sub'21, presidente del Canteras UD de balonmano, jugador, técnico y seleccionador nacional de fútbol sala. Polifacético y buen conversador.
RECUERDOS
EL VENDAJE DEL DOCTOR TOMÉ. "Para solucionar el problema de los hombros el doctor
Tomé me hizo en San Mamés un vendaje especial, de ciclismo, con el que poder actuar y así evitar lesiones. Pero era insoportable: me asfixiaba. Me lo quité tras la primera parte. Así era imposible jugar al fútbol"
"MIL PESETAS EN EL FILIAL ... CUANDO GANÁBAMOS". "Empecé en el Porteño e Hispania. Y como todo buen isletero pasé por el Artesano. Estuve dos años hasta que me fichó Las Palmas en juveniles. Medía 1.89 y pesaba 74 kilos. Era un jugador distinto: alto y muy delgado. Cuando llegué al primer equipo tenía una prima de 50.000 pesetas y me pagaban la comida en el Restaurante de los HermanosBetancort, que ya no existe. Y el sueldo era de 4.900 pesetas. En el aficionado nos pagaban mil pesetas .... cuando ganábamos un partido".
"ME QUISIERON COMPARAR CON GUEDES"."Al principio me comparaban con Guedes pero no tenía nada que ver con aquel jugador. Él tenía un rol muy definido en el equipo después de tantos años, con una personalidad muy estimada y un pase a distancia. Yo también era técnico pero me faltaba el fútbol, el oficio o el carácter que él había desarrollado".
"EN LA PENÍNSULA VALORABAN POCO A LOS CANARIOS". "Me ofrecieron un millón de pesetas en el Alavés y pensé que era una buena cantidad, pero allí me di cuenta lo mal que valoraban a los canarios porque cualquier otro jugador de la plantilla ganaba cinco millones como mínimo. Entonces no existían los representantes
"SINIBALDI CALENTÓ EL PARTIDO DEL 5-0!"Después de ganar 4-0 al Madrid en la Copa, Sinibaldi cometió un error y fue decir que, si el conjunto blanco nos eliminaba en la vuelta, él se quitaba el sombrero. Aquello lo aprovecharon los periódicos nacionales para calentar el partido. Otro fallo fue mantener el mismo equipo en la vuelta pues tenía que haber reforzado el centro del campo para aguantar. ¿Un robo?. Dieron patadas consentidas, marcaron un gol empujando a Catalá hacia el fondo de la portería, ... un escándalo".
"MI MEJOR PARTIDO FUE CONTRA EL REAL MADRID". "Se seguirá recordando aquella victoria contra el Barcelona, pero creo que mi mejor partido fue contra el Real Madrid. Perdimos dos a uno, pero tuve una actuación muy completa. Y pudo ser mejor todavía porque lancé un balón al larguero en el último minuto. Recibí muchos elogios y en la siguiente convocatoria internacional de Kubala, para entrenar, estuve convocado. Estaba posiblemente en mi mejor momento en la Unión Deportiva".
"CUANDO LLEGAS A LA UNIÓN DEPORTIVA EL MUNDO CAMBIA". "La preparación humana del deportista es importante y ese es un fallo tradicional que ha cometido la UD Las Palmas. Porque no sólo se ha de rendir al máximo como futbolista sino que el jugador ha de formarse para lo que se le viene encima. Cuando llegas a la Unión Deportiva el mundo cambia a tu alrededor: pasas de ir en guagua a ir en una nube. Eso es parte del trabajo del club y también de la familia, que en muchos casos cree que un hijo futbolista es un filón. Esos errores se pagan".
M.B.