La de José Merino González es ya una figura emblemática en la historia de la UD Las Palmas. Este lunes 29 de septiembre se alcanza el décimo aniversario del fallecimiento de un singular delegado del equipo amarillo, que en su paso desde 1994 hasta 2015 dejó un legado personal amplio.

La trayectoria deportiva de Merino González (13 de septiembre de 1951) se había desarrollado en el arbitraje futbolístico nacional, convertido en seña de identidad del colectivo grancanario desde su arribo en Segunda División en 1977 hasta la retirada en la máxima categoría. En ella militó durante 15 temporadas, debutando en el estadio de la Carretera de Sarriá en el Espanyol-Almería (5-2) del 8 de septiembre de 1979.

En aquel momento se convertía en el relevo de José Santana Páez y en el segundo árbitro de Las Palmas en actuar en la máxima categoría del fútbol español. Acumuló un total de 172 partidos de Liga en Primera, recibiendo en tres ocasiones el silbato de plata que entonces se concedía a los más destacados colegiados de su época. Dirigió en el estadio Vicente Calderón una final de la Supercopa de España, entre el Atlético de Madrid y el FC Barcelona (0-1, en 1991).

Merino se incorporó al proyecto de la UD Las Palmas en 1994, bajo la presidencia de Fernando Arencibia Hernández. Estaba entonces el club iniciando se su etapa como sociedad anónima deportiva (desde 1992), tratando además de abandonar el enredo deportivo de la Segunda División B.

El primer cargo que ostentó en la UD Las Palmas fue el de director general de la entidad, aunque casi de inmediato sus funciones fueron trasladándose a la gestión organizativa del equipo profesional, como jefe de expedición, de instalaciones, de material y finalmente delegado. En ese último cargo iba a vivir los ascensos a Segunda A (1996), Primera División (2000), Segunda A de nuevo (2006) y otra vez a la máxima categoría (2015). Su último servicio en el club fue el 21 de junio de 2015 cuando la UD celebró en el Estadio de Gran Canaria el 2-0 al Zaragoza en la final de la promoción.

Adrián Déniz, Ángel Luis Tadeo, Germán Suárez, Manuel García Navarro (dos etapas), Luis Sicilia, Luis González, Ricardo Ríos, los administradores concursales y Miguel Ángel Ramírez (desde 2005) fueron los restantes presidentes de la UD Las Palmas con los que Merino González desempeñó sus distintas funciones interinas.

Desde dentro, Merino González también vivió importantes episodios en la historia del club, como han sido la consolidación de la sad, la mudanza al Estadio de Gran Canaria o el duro proceso concursal al que se vio abocado el club amarillo. Llegó al club para ayudar a reflotarlo y el destino quiso que lo abandonara tras cruzar la línea de meta de la Primera División, hoy diez años atrás.