Una de las cualidades que está mostrando el actual entrenador de la UD Las Palmas es la recuperación de jugadores que, en su opinión, entienden que pueden ser válidos para su proyecto futbolístico. El caso de Iván Gil es el más claro de todos. Pero podríamos decir lo mismo sobre las actuaciones de Enrique Clemente, Enzo Loiodice o Ale García.

La regeneración futbolística de Fran Pejiño tampoco va a pasar de puntillas, siendo un jugador tan importante en el último ascenso a Primera y tan decaído en las dos últimas temporadas. El sondeo técnico de García con el barbateño trata de repescar la versión alfa del extremo zurdo, esa forma tan genuina que mostró con habilidad en el regate, búsqueda de las líneas de campo e, incluso, potente disparo desde posiciones diagonales.

En el partido ante la Real Sociedad B hubo varios futbolistas amarillos muy destacados, merecedores de la consideración de dandy del encuentro. Pejiño fue uno de ellos, el primero que horadó la última línea txuri urdín para refrescar en la memoria de los aficionados grancanarios sus principales cualidades: Agilidad, velocidad y generosidad.

En la versión alfa de Pejiño puede encontrar sus respuestas. El andaluz es a veces lo más parecido a un extremo puro de antaño, esos que tan pocos se ven en el fútbol actual pero que mucho se valoran. Mereció el aplauso de los aficionados y también el reconocimiento de sus compañeros y del propio técnico.

Con Luis García Fernández ya ha actuado en tres encuentros, uno como miembro del once titular. Se aproxima al partido centenario con la UD Las Palmas (97), pese a que está en el proyecto amarillo desde 2020. Y no deja de ser curiosa la sensación de que, tras tanto tiempo entre los amarillos, todavía no se ha visto todo el potencial que es capaz de mostrar. Quizá García Fernández sepa encontrarlo al completo.