PERSPECTIVAS 2025-26

* Fue jugador importante durante sus tres temporadas en Segunda División y ahora su nombre está en el menú del verano que debe evaluar Luis García Fernández
El nombre de Fran Pejiño (28) está incluido en el menú del verano de 2025 de la UD Las Palmas. El barbateño tiene contrato hasta el 30 de junio de 2026 y, con ello, asume de manera implícita el objetivo de convencer a García Fernández de que puede volver a ser un jugador importante en Segunda División.
El paso de Pejiño por el Elche, en calidad de cedido, no deja el mismo rastro que el mostrado en sus primeras tres temporadas en la UD Las Palmas. A las órdenes de Eder Sarabia apenas participó 12 encuentros (418 minutos) en los que el extremo andaluz anotó un gol (al Eldense). No fue, en definitiva, ese zurdo incisivo que tanto erosionó cuando lucía la camiseta amarilla y en Segunda División.
Desde 2020 Pejiño anda rondando en el proyecto de la UD Las Palmas, primer con Pepe Mel y luego con García Pimienta. En 2024-25 estuvo en dos partidos oficiales antes de su préstamo al Elche, colaborando con su participación en el ascenso franjiverde.
Lo que gustó del Pejiño que arribó en la UD Las Palmas tras su paso por el filial del Sevilla fue su descaro y gusto por la verticalidad. Incluso con un juego en diagonal desde la banda derecha que era difícil de equilibrar para los zagueros marcadores.
No olvida la afición de la UD Las Palmas que Pejiño fue pieza importante en sus tres primeras campañas en la isla. Anotó en total 17 goles (fue bigoleador de un derbi con el Tenerife, entre otros) y añadió 6 asistencias en este ciclo insular que contempla un total de 94 encuentros oficiales.
Pejiño aportaba peligro incluso desde fuera del área, con un duro y seco disparo exterior que le proporcionó 6 de sus goles y que obligaba a tenerlo en cuenta en todos los análisis rivales de la UD.
Su concurso en Primera decayó, pero con contrato en vigor y si tiene deseos de revancha personal, no se le puede brindar mejor oportunidad ahora que el escenario de todos ha cambiado.
Está en plena madurez deportiva y sabe que el amarillo le sienta bien. Debe poner manos a la obra para que su nuevo jefe, Luis García, comprenda que puede volver a ser uno de los vértices ofensivos más importantes de la segunda categoría profesional. Todo indica que esa posibilidad se le brindará y, de aprovecharla, su cotización también recobrará las dimensiones de antaño.



