OPINIÓN

Lo ha vuelto a hacer y así seguirá hasta que dé el último planchado a su vestimenta futbolística. Desde el día en que Jonathan Viera pasó de Las Palmas Atlético al equipo profesional, ¡de ello hace quince veranos!, se convirtió en un epicentro informativo del equipo y en un futbolista que no dejaba a su paso a nadie indiferente. Nunca ha pasado inadvertido tanto dentro como fuera del terreno de juego. Las redes actuales dan muestra de ello.
De aquel joven Viera que empezaba con Paco Jémez y que echó raíces futbolísticas reales con Juan Manuel Rodríguez (“es mi papi”, llegó a afirmar del técnico grancanario) queda un gratísimo recuerdo y la certeza de que se ha producido una enorme evolución o transformación. Aunque ahora con 35 y camino del siguiente cumpleaños (21 de octubre de 1989) él mismo reconoce que está por descubrir sus propias fronteras y horizontes en el juego de esta nueva temporada. Pero tiene un aval: El camino lo conoce a la perfección.
La oportunidad que se ofrece en 2025-26 de volver a disponer de su concurso en la UD Las Palmas ha generado muchos debates, de los que seguramente él se ausentará para solo responder en los campos de juego. Debe hacerlo así. Aunque quizá el fútbol le esté brindando a Jonathan Viera, en su versión madura extrema, una oportunidad para mostrar toda esa inteligencia deportiva con la que ha nacido: Ser el más importante actor de reparto en el proyecto de García Fernández.
No dudamos de que el propio Viera se va a resistir a ello, porque su gen futbolístico tiene la autoría del protagonismo. El físico en el juego actual y más en Segunda División es determinante y a él le avala una de las frases que desnudaron su fútbol precisamente cuando Juan Manuel lo dirigió: “Jonathan nos ‘engaña’”, dijo el entrenador. “Es un portento físico, puede rendir mucho más”. Por cierto: Dicho y hecho.
El Jonathan Viera de 2025 no es el de 2010; eso es evidente. Pero otro dato revelador de sus últimos momentos anteriores debería tenerlo en cuenta. Como jugador de banquillo estaba resultando una pieza clave para el equipo de García Pimienta antes de su salida en 2023-24. Lo demostraba en Primera en las victorias frente al Celta y Villarreal de aquella temporada: Marcó, asistió y fue impredecible. Es decir, el más productivo Viera saliendo del banquillo. De haberse mantenido en esta línea habría sido el jugador número 12 más determinante de aquella temporada. Pero eso, seguro, nunca ha tenido raíces en su cabeza.
Ahora Jonathan se siente como el Valerón del 21 que disfrutó del ascenso de 2015: Rodeado de gente que necesitaba escuchar sus consejos. Y su ejemplo. Ahí se colocaron varios de los pilares de aquel éxito. Cada actor, con su justo papel.



