Dicen en Uruguay que a Jeremía (sin ese) Recoba se le dio bien los derbis entre Nacional y Peñarol. Incluso llegó a marcar en la portería del máximo rival entre club charrúas. No es extraño que, en el reciente derbi amistoso de Canarias, el joven futbolista uruguayo tuviera también luz propia, con un chispazo que lleva su firma para facilitar el gol de Iván Gil.

La apuesta de la UD Las Palmas por Jere Recoba ha sido potente, precisamente en un año en el que desaparece de la plantilla el joven más talentoso de los últimos años, como ha sido Alberto Moleiro. El rol del uruguayo está por definir en el nuevo proyecto, pero ese nueve a la espalda y los destellos que va dejando en el verano son notas de mayor interés de lo hasta ahora presenciado.

“Nunca me importó que piensen que soy el hijo de …”. Esa frase acompaña a Jere en su ingreso en el fútbol español, donde va a ser un debutante a través de la dura Segunda División. A la afición de la UD Las Palmas le agradará su descaro, la improvisación y el criterio vertical que tantas veces se ha echado en falta y que Moleiro sabía interpretar. Y en su país natal también se valora su pólvora en el remate, algo que el fútbol de Uruguay ha dejado constancia en no pocos equipos de la Liga.

“Para mí lo más grande que hay es Messi; me crie viéndolo a él y a Luis Suárez. De mi padre miraba los highlights (mejores jugadas) de sus goles”. Ha comentado Jeremía, que precisamente llegó a ser en sus inicios discípulo de Álvaro -técnico de Nacional en 2023-24-. 

Hay más coincidencias. Sus dos primeros pasos importantes en el fútbol fueron similares a los de su padre, Álvaro Recoba: Danubio y Nacional en Uruguay antes de dar el salto a Europa. En el caso del papá, al Inter de Milán; el hijo, en la UD Las Palmas: “En Danubio perdí las ganas de jugar al fútbol”, ha reconocido Jeremía aunque “desde que llegué a Nacional recuperé la fuerza que en años no había tenido”.

La jugada del derbi ha tenido repercusión incluso en su país, donde ya Recoba caminaba como pieza de seguimiento mediático. En Las Palmas tiene un horizonte para crecer, como es su primer objetivo. Y también para ganarse a los ya más de 22.000 seguidores que quieren aplaudir sus jugadas en el Gran Canaria.

El aval con el que viene es de primera talla. El mismísimo Miguel Ángel Brindisi lució el escudo de Nacional de Montevideo tras abandonar la UD Las Palmas, su querido Huracán y Boca Juniors. Y es que ser de Nacional y de la UD no es cualquier cosa.