EL PARTIDO DE LA JORNADA 35

A la UD Las Palmas ya no le quedan refugios desde donde hacer cuentas o evaluar sus opciones de permanencia. Tiene que salir a campo abierto este viernes frente al Rayo Vallecano, no puede esperar acontecimientos ni ofrecer un partido de bajo nivel como hizo frente al Valencia.
Los jugadores de Diego Martínez tendrán que darlo todo y no solo en las manifestaciones. Habrán de hacerlo en el campo de juego, sin tiempo que perder porque la Liga se acaba en un abrir y cerrar de ojos. Y tienen que remontar una posición escalando cuatro puntos con respecto al Deportivo Alavés, si esa es su última referencia.
La presencia de Fabio Silva en la convocatoria, tal como estaba previsto en la víspera, debería suponer un aliciente para los amarillos al recuperar a su mejor realizador y a un jugador que inspira al resto por su batalla. En él se localiza la esperanza del encuentro, aunque no es segura su titularidad. El propio entrenador no ha desvelado cuál sería su contribución, que dependerá de las sensaciones que tenga el jugador portugués a la hora de autos.
Esa es la herramienta individual del día, aunque lo que debe imperar en el juego de los amarillos es la colectividad, la solidaridad, la concentración y el acierto en las dos áreas. El Rayo llega a la cita con la tranquilidad de tener deberes hechos y la posibilidad de encontrar puntos que le acerquen a Europa. De eso hablaban sus protagonistas antes del viaje, sabedores sin duda de los problemas que ha tenido a lo largo de la temporada el conjunto grancanario.
No faltará el apoyo de los aficionados, porque viene de serie en el proyecto de la UD Las Palmas. Pero queda que la parte del contrato de los jugadores, de su compromiso en el campo, se cumpla de manera exquisita. La afición amarilla reclama al equipo que batió al Atlético y que se destierre al de hace una semana. No hay otro mañana.







