OPINIÓN

El próximo guiño al futuro de la cantera
Manuel Borrego
-
29/05/2025
Diego Martín (C. Torres)

En el fútbol mutante actual hay conceptos que cambian y que deben asimilarlo los aficionados de los equipos. Por ejemplo, un canterano deja de tener esa brisa de proyecto protegido en el momento en que pasa al mundo profesional o su dorsal se sitúa en cifras inferiores al 25. Sus representantes son los primeros que lo interpretan. O que los medios occidentales del archipiélago convierten en tinerfeño a Pedri en el momento en que abandona la UD Las Palmas. Igual le ocurriría en breve a jugadores como Moleiro.

 

Porque mucho de lo que rodea a la UD Las Palmas está basado en conceptos herméticos que, en realidad, no lo son; el tiempo los transforma. Lo que no cambia es la esencia de la cantera -léase jugador en formación sin tenerse en cuenta su procedencia natalicia-, ese apego a querer llegar y crecer en la casa que les da calor.

 

Aún está todo muy revuelto después del último descenso del equipo grancanario. Cualquier opinión se encamina más a los hechos de un desastre deportivo que a la reconstrucción de la siguiente reconquista. Porque, otra de las cosas que no se altera en los 76 años de historia de la UD Las Palmas es su gran capacidad para rehacerse, para reinventarse o para volver a unirse todos en la misma dirección. Contra ese virus jamás podrán sus detractores, que ahora campan con el pecho hinchado.

 

Debería tenerse en cuenta quiénes fueron los protagonistas de los dos ascensos de la última época para pensar en cómo recuperar el terreno que se ha cedido en 2024-25. Hay un factor que se reitera en ambos casos de 2015 y 2023: Presencia de abundantes jugadores formados en el club. Algunos retornaron para ello (Viera, Ángel López, Aythami, Nauzet, Momo o Valerón en 2015) y otros fortalecieron al proyecto (Simón, García, Hernán, Javi, Dani Castellano, Roque, Vicente, Asdrúbal, …). De igual forma, en 2023 (el mismo Viera, Curbelo, Suárez, Coco, Valles, Fabio, Benito, Kirian … y hasta el motivado Sandro). Las palabras cantera y ascenso estaban muy unidas con Herrera y García Pimienta. 

 

Merece la pena tomar nota de ello porque están en camino profesional varias camadas de futbolistas muy interesantes. Luis Helguera ya anunció días pasados antes del último partido que había jugadores de filiales que van a estar en el próximo proyecto, destacando la labor de la dirección de filiales y captación actual con esos mismos jugadores jóvenes que él observa como futuribles. Pues … mano a la obra.

 

Claro está que la cantera en sí misma no puede ser la solución exclusiva. Existen fórmulas combinadas para que vuelva a tener ese protagonismo de siempre, con una progresión en producción e influencia. Hay mucho trabajo que hacer y poco tiempo que perder mirando solo los zarpazos.

 

De momento es la cantera la que lanza un guiño al futuro: Es la que nutre el viaje a Estados Unidos para defender el escudo del club y de la isla en un compromiso que va más allá de lo deportivo. Irán a San Antonio junto a los Suárez, Benito, Fuster y Marc Cardona, este último digno de subrayar su presencia pese a apenas haber jugado 122 minutos -ni dos partidos- en toda la temporada. Cantera y compromiso; ambas empiezan por ‘c’.

 

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