Hay dos aspectos que llamaron la atención en el debut de Lorenzo Amatucci como jugador de la Liga española y de la UD Las Palmas: No pareció inexperto ni su desconocimiento del entorno de la Segunda División estuvo al descubierto.

Al contrario. El joven futbolista (21) cedido por la Fiorentina gozó de la oportunidad de estar presente en la primera foto de un once amarillo de 2025-26, ubicándose al lado del capitán Enzo Loiodice tras ganar la consideración del técnico García Fernández. Amatucci fue el primer nombre, conquistando un sprint de última hora con futbolistas como Cedeño o Iñaki García que aspiraban a distribuir la primera maniobra de ataque.

En las notas que el nuevo entrenador pueda disponer no puede encontrar muchos reparos a la labor del italiano, un amante del juego de pases español -según confesó en su presentación-. Lorenzo tiene pinta de haber encajado muy rápido en el esquema de la UD y en un modelo de juego que no se expresó de pleno contra el Andorra. Al contrario: Con un 57,3% de posesión, especialmente subrayada en la segunda parte, el Andorra fue quien protagonizó más partido con el balón. Y ese factor le llevó al empate, aunque con menos argumentos ofensivos que Las Palmas.

Lorenzo protegió bien el balón y lo distribuyó desde su eje central. Fue objeto de cinco faltas por los futbolistas andorranos, desesperados quizá por su manera de llevar el cuero muy cerca e su sombra.

Amatucci tiene semblante de no haber roto un plato en la vida. Aunque lo mostrado en el terreno de juego habla de un jugador con perfil futuro de jerarquía y amplio camino profesional para demostrarla. Perrone y Essugo fueron los que precedieron su concurso en el equipo, también como jóvenes jugadores a préstamo. Ambos aprovecharon su estancia en Gran Canaria a nivel individual.

El reto del novel Lorenzo es importante: Solo dos jugadores de su país probaron con el amarillo de la UD y dejaron un sabor a disgusto: Aquilani y Iemmello. Eran 'calciatores' expertos, con 33 y 28 años respectivamente, que sin embargo no entendieron el teatro de la Liga. Amatucci, en cambio, ha empezado dejando una interesante estela de detalles. Solo es el principio.