Fotos: C. Torres

De sus ocho temporadas en el proyecto formativo del FC Barcelona, Denis Cruces Alejo (2 de febrero de 2005, Martorelles -5.000 habitantes censados en 2024-) conserva una colección de vivencias y de compañeros de sueños deportivos. Coincidió en la escuela azulgrana con Gabi, Sergi Milá, Fermín, Mbola, Carlos Pérez … “e incluso con Lamine Yamal. Él era el más pequeño de nuestro grupo en La Masía y el que iba en la parte de atrás del taxi cuando nos trasladaban al campo de entrenamientos. Y mira dónde ha llegado …”.

El zurdo Denis asume su cuarta temporada en filiales de la UD Las Palmas tras su llegada precisamente procedente del Barça. Martorelles y Damm fueron los otros dos clubes donde inició sus pasos hasta la edad benjamín, donde “ya destacaba sobre el resto de mis compañeros. Y se fijaron en mí. En aquel momento no imaginaba todo lo que me iba a suceder”.

Las andanzas de Denis en Gran Canaria tuvieron un paréntesis inesperado, a causa de una lesión de rodilla que paralizó su segundo año y algo más. Pero ya está de lleno recuperando el terreno perdido, inspirado en “Jordi Alba, que me parece el lateral zurdo ideal” y en Sergi Cardona, catalán como él y cuya trayectoria reivindicativa en la UD Las Palmas le sirve como guía. “Hoy es un lateral muy notable en Primera División, con interesante producción en asistencias”.

Hay otra característica que a Denis le gusta subrayar ahora que hace vida a 2400 kilómetros de casa. “Me encanta el gofio. Lo descubrí en la Casa Amarilla cuando llegué. Me lo ofrecieron con el puré o algún plato de cuchara, Mariajo y Mari Carmen, las encargadas de la alimentación”. Y desde ese día el alimento cuyo origen está en los aborígenes isleños es parte de su dieta. “Tengo que probarlo más. Lo he saboreado también con la leche, pero en el puré es mejor para mi gusto. Incluso lo pido en los restaurantes cuando salgo a comer. Aún no lo he exportado a Cataluña, aunque sí lo he comentado”. Añade a sus gustos gastronómicos las “papas arrugadas y el mojo, en sus dos colores”.

Esos años con la almohada lejos de la casa familiar hicieron que el traslado a la isla no fuera traumático para Denis Cruces. “Estaba acostumbrado. Aunque he tenido la suerte de incorporarme a la Casa Amarilla donde encontré un gran ambiente familiar”.

Sus valoraciones a Tinta Amarilla:

“La Damm es como un filial del Barça. Mi estilo cuajó en los dos clubes, como también en la UD Las Palmas. Los tres entienden el fútbol de la misma manera. Desde pequeño sabía que podía tener posibilidades en el fútbol. Mi padre, en Martorelles, me picaba: Si metes cinco goles hoy te compró unas botas. En el primer partido en Castellar, cuando tendría seis o siete años, iba contando mis goles. Y directamente al llegar a cinco le dije que esa misma tarde íbamos a comprar las botas prometidas. Ya noté entonces que podía tener un nivel superior a la media de mi idea”

“No siempre fui lateral. Eso ocurrió cuando estaba en el Barça. En Martorelles jugaba de pivote y más tarde como defensa central. Pero le he cogido el gusto al lateral zurdo. Me defino como un jugador moderno, al que le gusta el inventar, jugar por dentro, en la línea de tres o carrilero. Busco soluciones en todas las zonas del campo”

“Siempre he tenido como reflejo personal a Jordi Alba, que me parece el lateral zurdo ideal. De pequeñito lo veía en la Ciudad Deportiva del Barça. Lo tenía en un pedestal. Solo me hice una foto con él”

“La propuesta de Las Palmas vino a través de Tonono. ¿Lejos de casa?. En realidad estaba acostumbrado ya. No tuve dudas en venir. Tenía la corazonada de que en la isla iba a estar bien. Me encontré una familia en la Casa Amarilla. El grupo que vive allí es increíble. No tuve problema alguno para la adaptación … y ya llevo cuatro años”

“Mi momento difícil fue la lesión de rodilla. Pero esto es fútbol. Hemos de saber que el riesgo de la lesión está y a mí me tocó una larga, con dos intervenciones quirúrgicas. Pero no dejé de ver el fútbol, de estar en lo que me gusta. Veía los partidos y me imaginaba que estaba en él. He afrontado bien el día a día, siempre con una sonrisa. Hubo momentos de desánimo, pero me propuse mantener la buena cara. Pensaba: Queda un día menos. Y eso me permitía seguir”

“Ahora he vuelto ya. Pero sigo igual, ilusionado. He vuelto a jugar y ahora valoro lo que viví cuando estaba fuera del fútbol. Saboreo el estar con mis compañeros, jugar y tener minutos. Cada detalle es clave. Ver el fútbol desde fuera hace que aprendas a interpretarlo. Es duro no jugar, pero compites mentalmente. Ese es uno de los aprendizajes de esta etapa. Creo que he logrado valorar todo con mejores perspectivas” 

“No obstante, siempre me he considerado como un futbolista que lee el juego y lo comprende. Ese es uno de mis fuertes; reconocer e interpretar los espacios, saber jugar. Desde fuera se aprende mucho. Ves lo que puedes mejorar si estuvieras en el campo”

“En mi primer año en Las Palmas tuve la suerte de coincidir con el juvenil (División de Honor) de la generación de 2004, aunque en mi caso era un año menos que mis compañeros. Era un grupo top, tremendo, … Nunca me había visto antes más integrado en un equipo, en una familia con tanta cohesión. Se reflejó todo ello en la competición. Perdimos en las semifinales de la Copa de Campeones en Las Rozas, frente al Real Madrid (2-1). Lo vimos cerca. Ese grupo sigue igual, aunque estén separados sus jugadores. Somos amigos … Son personas muy importantes para mí”

“La Tercera RFEF de Canarias tiene equipos con armas, con veteranía. Luchamos contra ello también. Es una competición en la que debes estar muy atento en todos los encuentros. Hay que poner en el campo los seis sentidos. Hay calidad en los jugadores y cada conjunto tiene sus fortalezas tanto en ataque como en defensa. Está todo muy igualado. Y Las Palmas C está con confianza, empezando una competición. Pero sale a competir con personalidad a pesar de la juventud. Creemos que podemos hacerlo. Nos sentimos fuertes, como nos pide el míster”

“Me molan las motos”   “De no haber sido futbolista: Pues a mí me gustan mucho las motos. De pequeño pilotaba en motocross, como mi padre. Me molan las motos. Mi padre tiene un taller suyo, con su hermano y padre. Íbamos con las motos por el campo … Empecé con tres o cuatro años. Por supuesto me he dado algunos ‘leñazos’, también con la bici. Los golpes vienen de serie. Reconozco que era un loco”   “El lugar donde lograría desconectar es la Playa del Inglés. Porque soy de arena rubia. En el Vallés tenemos playas también a veinte minutos, en Badalona”   “Si algún día doy el salto al Estadio de Gran Canaria no sé qué haría. No me lo he planteado aún, aunque mi objetivo es debutar aquí. Pero soy realista con el día a día, que es mi sueño. Sé que estamos cada vez más cerca. Soy competitivo y luchador. Eso es lo que me ha dado resultado. Sé que mi camino pasa por nunca abandonar”