El Gran Canaria pierde en Bilbao un ‘duelo’ crucial en la lucha por seguir enganchados al tren de la Copa. Ante el Surne, los de Jaka Lakovic cayeron por 79-82 en un partido plomizo, con muchos errores en el lanzamiento y que sólo la incertidumbre del marcador lo mantenía vivo. Las alternancias fueron constantes, y tras dos acciones de cañonero del base local Jaworski, el Dreamland dejó de soñar con el triunfo..

Desde el comienzo se reveló el partido como un choque que no iba a ser bueno. Con 2-4, Ponsarnau cambiaba a cuatro cuando se habían disputado tres minutos y 20 segundos. Pocas acciones de equipo en cada bando y los uno contra uno mandaban, pero sin fortuna. Dos minutos y 40 segundos sin encestar nadie A 3:42 el marcador estaba 4-4.

Eso hacía que cualquier buena acción se celebrase casi como un título e lo que estaba siendo un ir y venir en el control del marcador: (9-6, 9-11, 11-11, 11-13, 14-11, 14-16) hasta llegar al final de la primera cuenta de 10 minutos.

Ningún equipo tomaba el control definitivo, ni de ritmo ni de marcador y seguían siendo las acciones individuales las que marcaban el desarrollo del partido (25-20 y 25-25). Todo se desarrollaba de la misma manera que en la primera fase, pero con la diferencia de que ahora los aros parecían abrirse para ambos equipos y permitiendo una anotación algo mayor (20-18).

Tras el descanso, el Gran Canaria perdió sus ajustes defensivos y eso permitía canastas más fáciles para un Bilbao Basket que reparaba sus porcentajes ofensivos en juego (40-36). Reparada esa brecha por los de Lakovic, todo volvía a la rutina del encuentro pero ahora con el conjunto local dando los tirones de intento de escapada.

Ante los fracasados intentos locales, fue el Dreamland el que optó a ello (51-55). Parecía una etapa ciclista, en la que todos intentaban un demarraje definitivo, pero que nadie lograba afianzarlo (55-55).

Y en un partido sin estrategias decisivas, la muñeca de Jaworski empezó a marcar las diferencias. Con dos triples de casi nueve metros, el base americano encendió a un aburrido Miribilla (67-63) a casi siete minutos del final. Co ese impulso, el Bilbao Basket dio un arreón inesperado (72-65), que el Granca necesitaba compensar con cabeza, pero sin adrenalina terminó hasta haciendo regalos para los vascos.