Vibrante partido de filiales, derbi inédito en Tercera RFEF. El CD Tenerife C y la UD Las Palmas C igualaron este sábado (4-4) en una tarde propia de equipos filiales: Bisoños en defensa, osados en ataque. El equipo grancanario fue detrás en el marcador en tres ocasiones, con una secuencia que se desarrolló con 1-0, 1-1, 1-2, 2-2, 3-2, 3-3, 4-3 y 4-4.

El derbi C de Canarias comenzó con polémica. El colegiado no debió conceder el 1-0 para el CD Tenerife en una jugada en la hubo fuera de juego posicional de un futbolista que, además, cortó con derribo la carrera de un defensor de la UD Las Palmas. Pero en la confusión Padrón anotó el 1-0 y dejó el partido cuesta arriba para los futbolistas de José Antonio Robaina.

La alegría blanquiazul duró poco. Porque a los 11 minutos empató Las Palmas C tras una jugada de habilidad de Gabriel Robles, tras pase de Darío Delgado. El extremo fue derribado en el área por una precipitación defensiva. Hiromi no perdonó y tradujo en gol desde los 11 metros su disparo a media altura.

El encuentro volvía a su casilla de salida. Al cuarto de hora, Robaina tuvo que relevar a Santi Pallarés por un golpe en la cabeza con Peke, cuando ya el partido estaba inclinándose con mayor claridad hacia la portería de Padilla. Un centro de Hiromi, a los 20 minutos, lo remató fuera con la testa su compañero Robles, que venía a toda velocidad por el carril opuesto.

Antes de la media hora llegó el 1-2, tras un robo, pase profundo de Hiromi y desmarque con remate raso de Darío Delgado. Los visitantes pudieron ampliar la renta antes del descanso, pero en una jugada de carambolas el partido volvió a igualarse con un rebote involuntario de Dailo.

Con 2-2 se inició la segunda parte, con mucha incertidumbre porque el peligro podría viajar de una a otra portería. Era ya un partido típico de filiales, que Nehuen volvió a encauzar para el CD Tenerife C con un disparo a media altura dentro del área.

Robaina decidió entonces un triple cambio para refrescar el ataque de Las Palmas C. Y en al primera de las jugadas, Antonio conectó con Airam para establecer el 3-3 cuando faltaban 25 minutos para el final.

El partido seguía desbocado, con la posibilidad de cualquier acontecimiento final. El Tenerife volvió a fabricar una jugada similar a la del 3-2, esta vez finalizada también con éxito por Manu Montero. El equipo blanquiazul volvió a verse por delante en el marcador con pocos minutos para la conclusión. 

El desacato amarillo se mantuvo hasta el final. Y tuvo un premio casi in extremis, después de que Antonio Hernández fue también objeto de un penalti con una plancha defensiva cuando ya se disponía a rematar. El definitivo 4-4 lo puso Darío Delgado, con sangre de horchata al ejecutar un penalti que rozó la perfección: Portero a un lado, balón al otro y a media altura.