La UD Las Palmas perdió 2-0 su encuentro de preparación más exigente, ante el octavo de la pasada Premier inglesa: el Brighton. Los amarillos, con un rendimiento asimétrico a lo largo del partido, estropearon el marcador en un minuto aciago de la primera parte en la que Dinko Horkas encajó dos goles. Uno, por mérito rival; el otro, por grosero error original de Mika Mármol. 

El técnico García Fernández sigue tomando nota de sus efectivos, con jóvenes futbolistas que han dejado en el amistoso los detalles más interesantes entre los actores de este lunes.

El encuentro comenzó con una doble clara ocasión, una en cada zona de ataque. En el minuto 1 fue el Brighton el que pudo marcar, con un cabezazo de su atacante O’Riley que sacó con el guante Horkas. El portero croata evitó el gol cuando el balón ya estaba en la línea de gol.

Pero no menos meritoria fue la respuesta de su colega Steele, con un rechazo a quemarropa tras disparo de Jaime Mata cuando el reloj transitaba por 9 minutos, todos ellos de un fútbol intenso.

En dos minutos, todo se puso cuesta arriba para la UD Las Palmas. El 1-0 del Brighton fue una jugada meritoria de un conjunto con fútbol aceitado, bien organizado. La acción de ataque corrió de un lado a otro para terminar con un pase envenenado. Pero el 2-0 fue un error de bulto de Mika Mármol, entregando el balón a un rival en zona de ataque. O’Riley solo tuvo que ajustar un disparo lejano para volver a batir a Horkas.

Con las piezas más jóvenes del segundo periodo y con los abundantes cambios, Las Palmas recobró aire y mejoró algunos aspectos del juego ofensivo. La velocidad de Ale García fue un problema para el Brighton -hasta su relevo-, que en dos ocasiones se vio desbordado por el exterior amarillo. En sus botas pudo estar el 2-1, que no fraguó por una acción defensiva rival justo antes del disparo.

También Iñaki González probó desde la frontal, con un disparo que se fue muy cerca del ángulo. Con más descaro Las Palmas trató de darle un brochazo al marcador, que ya no reflejaba con exactitud lo que ocurría en el césped marbellí. E incluso Sory Kaba disfrutó de su ocasión, salvada in extremis por el portero reserva del equipo inglés.

Las Palmas tuvo más control del juego, aunque a estas alturas de la temporada y ante un rival de tanto calibre y conjunción, se le echó en falta mayor profundidad en su juego y, sobre todo, remate. Pero hablar de todo esto cuando el equipo está en fase de formación puede interpretarse como un reclamo que espera respuesta en el inicio de la Liga. Porque la portería del Andorra es la que debe obsesionar en esos instantes.