Incapaces de ganar al Barcelona en su cancha (104-90), el Gran Canaria mantuvo la octava plaza de la clasificación (con un partido menos), gracias al triunfo del Tenerife en Baskonia. Sin embargo, el partido empezó muy bien para los de Jaka Lakovic. Más centrados que los de Peñarroya, tuvieron hasta 18 puntos de renta, cuando vieron su situación comprometida por la notable defensa azulgrana. Desde ese momento de máxima renta amarilla, mandó el conjunto blaugrana, más homogéneo en su juego desde la defensa, no se dejó sorprender por un rival que le desafiaba a relevarle en la quinta plaza cuando recuperase el partido perdido.

Comenzó el partido con el plan perfecto para el Gran Canaria. Todo iba sobre ruedas con el quinteto inicial de los amarillos más metido en el partido que el elegido por Peñarroya. Aparentemente más fresco que su rival, los de Lakovic le pintaban la cara al conjunto anfitrión con ventaja que fue de 0-9 cuando el técnico local se empezaba a cansar de los suyos y hasta de 18 puntos (2-20) cuando los triples insulares entraban en el aro culé como cuchillo en mantequilla.

Fue en ese momento en el que el Barça necesitó hacer de tripas corazón y con una defensa de Euroliga, muy física, empezar a recortar las diferencias progresivamente hasta revertir la situación y marcharse para acabar casi como en un paseo militar.

Con parcial 14-4 empezó a meter miedo en los rostros del Dreamland, que con serenidad en el juego, siempre se mantenían por delante en el luminoso (18-26) cuando Punter había salido al rescate de los culés (nueve puntos en sus primeros siete minutos de juego).

Los arreones del Barcelona, hacían mella en la moral amarilla. Y aunque el Granca mostraba también los dientes para diluir la sensación de superioridad desde la defensa de los del Palau, los de Peñarroya estaban entrando en el partido a base de triples. Y así fueron los que Brizuela y Parker ponían para servir de lanzadera para que Abrines, a la contra, sentenciara la remontada (40-39).

Desde ese momento, la situación se situaba en la que se esperaba días antes del choque (45-39) y el Dreamland con una imprecisión inoportuna en los lanzamientos de media y larga distancia (52-46), se veía desbordado por un Barça que apenas fallaba un ataque (34-20 de parcial en el segundo cuarto).

Tras la vuelta del descanso, nada cambiaba y al partido le empezaban a sobrar no sólo minutos, sino hasta un cuarto. El Barcelona, lanzado y jugando a gusto, siempre encontraba soluciones de anotación que frustraban el esfuerzo defensivo del Gran Canaria. Los isleños estaban 14 por detrás en el ‘Ecuador’ de la tercera cuenta de diez minutos, lo que le sirvió a los anfitriones para administrar esfuerzos y mantener a raya a los amarillos hasta el final del partido.

Alineaciones:   Barça (18+34+29+23): Satoransky (5), Abrines (8), Brizuela (18), Fall (2), Parker (10) –equipo inicial-, Punter (17), Anderson (10), Vesely (8), Parra (9), Villar (4), Hernangómez (13) y Grujicic.   Dreamland Gran Canaria (26+20+21+23): Albicy (4), Thomasson (10), Brussino (7), Shurna (23), Tobey (16) -equipo inicial-, Conditt (10), Homesley (6), Salvó (4), Samar (2), Kljajic. Pelos (6) y Diop (2).   Marcador cada cinco minutos: 2-17, 18-26, 32-37, 52-46, descanso, 67-53, 81-67, 93-78 y 104-90.   Árbitros: Benjamín Jiménez, Francisco Araña y Juan de Dios Oyón.   Incidencias: Palau Blaugrana. 28ª jornada de la Liga ACB. 5.640 espectadores.