Otra gran victoria de la UD Las Palmas, que le permite sumar ante un rival directo y dormir este viernes como líder de la Segunda División. Los tres puntos viajan a Gran Canaria con el solitario tanto de Pejiño (0-1), tras una jugada genial del barbateño. Pero el resto del equipo colaboró en el éxito de la jornada con un sacrificio incesante ante el pujante Valladolid, con paradas de Horkas y un larguero incluido. Porque el conjunto violeta no encontró el gol y la candidatura grancanaria crece un poco más al cerrar el primer tercio de la competición.

Desde el inicio del encuentro Las Palmas asumió la mayor carga de creatividad en el juego, con largas combinaciones frente a un rival paciente, que esperaba la captura. La primera propuesta ofensiva, sin embargo, fue del Valladolid tras una rápida acción entre Peter Federico y Delgado, con disparo cruzado de este último. 

Esa fórmula era válida para el equipo de Almada, con dos nuevas ocasiones en las botas de Peter Federico arrancando desde la derecha. Los dos disparos los rechazó Horkas, con mucho peligro en la segunda acción tras alcanzar en solitario el área canaria.

Sin embargo fue Las Palmas el conjunto que abrió el marcador, en un arranque de genio por parte de Pejiño. Kirian le dio un balón al barbateño que de la nada fabricó una acción de manual de contragolpe, con disparo certero final. Con poco los amarillos habían logrado la primera brecha del partido, sustentada antes y después por Horkas y ejecutada luego por Pejiño.

Si el encuentro era inquietante para Las Palmas, con un Horkas espléndido, no lo era menos para el Valladolid porque las pocas llegadas isleñas tenían mucho peligro. El croata debió intervenir antes del descanso a remates de Amath y Tomeo, este último de cabeza tras un saque de esquina, prolongando desde entonces la pesadilla para los jugadores locales.

Las Palmas seguía con su discurso de equipo práctico en los desplazamientos, como ya ha mostrado en otras ocasiones. La última oportunidad antes del descanso la tuvo Lukovic, tras un excelente servicio de Marvin Park. Pero el serbio no tuvo la contundencia de otros momentos y dejó pasar la ocasión de un posible 0-2.

Cambio de bandas y de orientación

El entrenador de la UD cambió las bandas en el inicio de la segunda parte. Primero, por las molestias de Ale García. Y más tarde, relevando a Pejiño por Viti. Para entonces Las Palmas tenía menos salida en ataque y el Valladolid insistía en el desgaste físico.

Las Palmas había optado por prolongar su partido al contragolpe, concediendo metros al Valladolid para desplegarse cuando el partido lo propiciaba. De esta forma, pudo Lukovic de nuevo sentenciar la noche pucelana con un disparo en el 57 tras rápida combinación arriba.

Porque atrás el muro isleño protegía ese gol de Pejiño, que cada segundo que pasada era un tesoro. Los minutos se hacían largos en el partido, con trabajo para Horkas como no había tenido antes. 

El tiempo fue desapareciendo del reloj mientras Las Palmas había edificado una trinchera infranqueable. La portería a cero una jornada permitió al equipo amarillo ganar los tres puntos que coronan el día. Y la clasificación, de momento, tiene acento grancanario.