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Opinión


  • Llega el primer tropiezo de la temporada (lo de Sevilla fue otra cosa) y del exagerado optimismo generado en las primeras jornadas se pasa a la decepción. La derrota en San Sebastián ha dolido por la forma en que se ha producido, y en nada tiene que ver con lo que ocurrió en Sevilla. Son situaciones muy diferentes y, en el caso que nos ocupa, el 4-1 en Anoeta, es por la cantidad de fallos consecutivos que se han producido. ¿Errores?, muchos y con varios responsables, empezando por el entrenador que decidió dar entradas a jugadores del banquillo para equilibrar el esfuerzo de una semana de tres encuentros. Pero esto puede suceder en cualquier momento de la temporada, y viendo la botella medio llena, mejor que ocurra al principio de la campaña, porque así hay más tiempo para corregir.

    Cierto es que el primer gol llegó antes de cumplirse el minuto uno, y eso es un lastre que se produce con un remate de William José a las espaldas de un desconocido David Simón. Lejos esta el lateral grancanario de aquel nivel que deslumbró y que tanto reclamaba un puesto en el primer equipo cuando militaba en el filial. Luego el penalti y la expulsión de Boateng, cuando aun quedaba mucho tiempo. Las Palmas cargaba más lastre en inferioridad numérica. Y así vinieron el tercero el cuarto y menos mal que en el segundo, sobre todo a raíz de la entrada de Jonathan el equipo se rearmó y se acercó a la imagen que nos tenía acostumbrados. Pero solo se acercó.

    Insistimos, la Liga es larga y todo puede suceder. Recordamos en una de las visitas a San Sebastián, en un frío mes de enero de 1986, cuando la UD recibió un duro varapalo de la Real en el viejo Estadio de Atocha. Se llegó al descanso con un 4-0 que nos dejo a todos helados. Luego vendrían dos tantos más en la segunda parte. En esa misma temporada, en que Las Palmas logró la permanencia, los amarillos se impusieron por 3-0 al Barcelona jornadas después, además de aquella celebre remontada del 4-3 sobre el Real Madrid. Y eran los mismos jugadores de la derrota en Atocha.

    Es por eso de que no hay que rasgarse las vestiduras. Que la Liga sigue. Que los que en Donosti estuvieron mal, mañana están en su mejor linea de juego. Lo peor de la derrota en Anoeta no solo son los tres puntos perdidos, sino los tres jugadores que pueden no estar disponibles para el encuentro del sábado, ante el Real Madrid. El Prince Boaeteng es baja segura y estamos a la espera de como evolucionen Lemos y Bigas. Desear que el castigo de San Sebastián tenga la menor repercusión posible.