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Nauzet Alemán

"Disfruto y aprendo intensamente"

"Elegí el peor día para debutar con el Arucas", valora al certificar que "el Tamaraceite es un señor equipo. Hizo un gran partido en lo táctico y en lo físico"

  • GENTE CON DUENDE
  • 05/03/2018 - 12:34
"Disfruto y aprendo intensamente" Nauzet Alemán controla el balón con el pecho durante su debut con el Arucas CF, este pasado viernes (C. Torres)

M.B.

Un día Nauzet Alemán sacó a la calle a la afición de la UD Las Palmas para bailar una clasificación in extremis camino de Segunda División A. En otra ocasión, silenció el Bernabéu con un gran gol a Casillas. Era futbolista del Valladolid. Los episodios de uno de los jugadores más talentosos de la cantera canaria más reciente parecían haber terminado en 2017 con su paso por el Almería. Pero este pasado viernes, Alemán se hizo un hueco propio como integrante de uno de los clubes señeros de la isla.

Su elección para reanudar el deporte desde otro plano nos brindó una imagen para enmarcar. Llevaba en la espalda el nombre de Tonono, el mítico central de la UD Las Palmas formado en el Arucas, y el 14 a su espalda para empezar su ciclo en Preferente.

Nauzet y el balón se han reconciliado en pocos meses. No podían separarse de forma tan brusca. "Elegí el peor día para debutar", nos relata entre bromas. "Nos medíamos a un gran equipo como demostró el Tamaraceite. Me pareció que hizo un partido muy completo, como un señor equipo en el plano táctico y físico. Está muy cerca de su objetivo" de alcanzar la Tercera División tras tantos años de lejanía.

Fueron varias las opciones que tenía Nauzet porque el mono de balón lo lleva dentro. El propio Tamaraceite, el San Fernando -líder de Tercera-, el Arucas, ... Pero imperó la familia porque "jugar cerca de casa es me complace; por distancia, por horarios, ... Ahora la familia está muy por delante del deporte. Es lo mejor para todos".

Pero no oculta que el gen competitivo reside en él y que ya comparte con sus nuevos compañeros de club, que luchan por el ascenso a la Tercera División. "Vamos a pelear por ella. La gente tiene mucha ilusión y mi idea es ayudar al equipo a conseguirlo si se nos pone al alcance. La plantilla del Arucas está muy animada. Porque además hay un proyecto muy bonito en la entidad".

Nauzet admite que la felicidad nunca le ha abandonado, con su espíritu positivo de siempre. Aún se recuerdan en Barranco Seco sus bromas con los compañeros. Los sorprendentes petardos y el estilo muy de Alemán. "Me he propuesto en estos tres meses de competición que quedan disfrutar y aprender intensamente del fútbol. No hace mucho lo vivía de otra manera, como profesional. El otro día perdimos el partido pero las sensaciones personales fueron muy buenas".

Ese disfrute pasa también por una superficie que ya no recordaba porque fueron "muchos años jugando en el césped natural. Pero tengo que acostumbrarme ahora al bote de balón, a pisar de nuevo diferente aunque al final el fútbol es igual" en todas las dimensiones.

Y en él crece la idea del banquillo. "Sí, me gustaría ser entrenador. Creo que es un terreno en el que puedo aportar mi propio estilo. Me identifico con muchos técnicos, con los que le gustan la tenencia del balón, elaborar las jugadas por todos los sectores del campo. Esa es mi idea".

A Nauzet le cautiva el modo de trabajo del filial amarillo. Acude con asiduidad a ver los entrenamientos de Juan Manuel Rodríguez, uno de sus mentores deportivos, "y el lujazo de tener al Flaco Valerón a su lado".

Alemán fue un especialista a balón parado. Los lanzadores de faltas no se prodigan tanto en la actualidad, al menos en la abundancia y calidad de antaño. "Es algo que también me llama la atención. A mí me gustaba quedarme tras los entrenamientos a hacer lanzamientos. Los goles a balón parado siguen teniendo mucha importancia en el fútbol actual, como antes. Siempre lo tengo en mente aunque es verdad que cada vez se ve menos lanzadores en el fútbol profesional".

Ni extraño, ni enfadado. Nauzet está en una nueva etapa que apenas acaba de comenzar. El final de un libro y el inicio de otro. Y el Arucas, agradecido. Comprobar cómo se llenó su único graderío en la noche del estreno de Alemán fue una señal de que el gusto por el fútbol de alta escuela no está en decadencia.

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