La previa

Un tiburón llamado Wanda

Manuel Borrego

La UD Las Palmas sale este domingo de cacería. "Quiero todo el botín, no importa el rival porque a estas alturas apremia el tiempo", dijo Paco Jémez antes de la visita al Atlético de Madrid. No es un pez, es un tiburón rojiblanco lo que le espera, en un estadio con más de 60.000 espectadores donde el técnico espera que los amarillos confirmen la reacción iniciada hace una semana frente al Valencia.

La captura de esos puntos no será fácil pese al momento titubeante que pueda atravesar el Atlético. Enfrente, un rival que ha penalizado a los amarillos desde su llegada a la Primera División y que tradicionalmente tiene un comportamiento rocoso con el fútbol de toque de los grancanarios. Simeone tiene a su disposición un cardumen de escualos en las dos facetas del juego. Para contener y para demoler. En la Liga, Las Palmas sólo ha sumado derrotas contra las huestes del técnico argentino, aunque los partidos en el Calderón resultaron más igualados que los disputados en el Estadio de Gran Canaria y ambos acabaron con sendos 1-0.

Si Las Palmas quiere pescar los tres puntos en el partido ha de tener un comportamiento atrevido y ofensivo como el que mostró en la segunda parte ante el Valencia. Debe también encontrarse como equipo solidario para sufrir cuando toque y, si es posible, lograr por fin mantener su portería a cero. Este hecho no es sólo un reto, casi debe convertirse en una obligación para un proyecto excesivamente penalizado en sus propias redes.

El once frente a los colchoneros no parece diferir del que mejor funcionó en la pasada jornada. Allí, los amarillos encontraron consistencia y fueron capaces de generar algunas combinaciones de relieve, que puso en jaque al Valencia. Pero siendo una mejoría apreciable, es aún insuficiente si se desea confirmar la reacción plena en el juego y en la clasificación.

El Atlético no tendrá en sus filas a Diego Costa. Casi podríamos afirmar que es un dato irrelevante al observar la capacidad ofensiva que tiene la convocatoria facilitada por Diego Simeone. Tiene tanto que podría reservar el morbo de la presencia de Vitolo Machín. La ironía del destino ha querido que tras desear ayudar al equipo de sus amores esta temporada, pueda ver en el partido el rostro de la angustia que él mismo padeció apenas hace un mes.

Así es el fútbol de hoy.