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Contracrónica

Los leales pidieron "una dimisión"

Los responsables del consejo se reunieron tras el 0-2 para analizar y debatir la situación de Ayestarán sin inmediatez en una decisión

  • ENTRE BASTIDORES
  • 19/11/2017 - 20:37
Los leales pidieron "una dimisión" Miguel Ángel Ramírez y Nicolás Ortega, antes de la reunión posterior al partido de este domingo frente al Levante (C. Torres)

Manuel Borrego

La experiencia profesional que está viviendo Paco Ayestarán al frente de la UD Las Palmas es inédita en el club: seis derrotas consecutivas en una Liga de Primera son suyas (tres de ellas en el Estadio de Gran Canaria y las otras en visitas al Barcelona, Villarreal y Real Madrid) dentro de una etapa de ocho partidos sin puntuar. La afición ya ha pedido al consejo de administración una dimisión y el debate lo tiene abierto de par en par antes de visitar a la Real Sociedad y, subrayamos, con el Betis de Setién como próximo en el estadio del tormento propio.

Ayestarán dice que no se rinde, como en su caso hizo Manuel Márquez tras perder cuatro partidos y ganar dos. El técnico que ascendió al filial vio venir algo que sigue instalado en la UD Las Palmas. Ese algo tiene diversas definiciones, muchas versiones y sólo una prueba cierta: los resultados. Y éstos no son desde el mes de marzo pasado los que traicionan las ilusiones de los aficionados amarillos.

El consejo de administración tuvo debate después del encuentro contra el Levante, con el duro mazazo de la derrota aún en caliente. Los gestos de preocupación van creciendo en la entidad porque el equipo no se mueve de los seis puntos, ya tiene 30 goles en contra y diez derrotas le convierten en colista, como lo ha sido en tantas otras ocasiones.

El marcador tan contundente con 0-2 eclipsa momentos de mejora que ha tenido el equipo amarillo y el alto grado de compromiso de los jugadores, que agotaron el combustible en el partido sin el premio de puntuar en él. Ni siquiera, logró el consuelo de haber dejado la portería a cero, que ya no es una asignatura pendiente; es una carrera en suspenso. Y si no se remedia el destino puede ser caótico a todos los niveles porque rompe cualquier previsión.

La petición del cese en las funciones de Ayestarán es un clamor, un virus que ha contagiado a la opinión mediática general y a la del graderío. "El fútbol está siendo injusto con Las Palmas", consideró el técnico vasco para calificar lo que había ocurrido en el Estadio de Gran Canaria. Hay signos de mejora, es cierto, pero no menos que empeora la clasificación, la tranquilidad, las perspectivas y la confianza.

No hay científico que pueda definir con exactitud qué le ocurre a la UD Las Palmas y cómo se soluciona. Desde luego, ese no es Paco Ayestarán que tampoco puede considerarse ahora como el problema, sí una parte. El consejo tiene una papa caliente, muy caliente, que ha de saber administrar desde la tranquilidad aunque ésta ya no está. Y así se lo han hecho saber los leales cansados y muy decepcionados.

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