La previa

Pero la UD no es sólo Vitolo

Manuel Borrego

La cita de este miércoles se ha convertido en un partido trampa para el Sevilla. Tan obsesionados están en la capital hispalense con el regreso de Vitolo Machín (tendrá que hacerlo también en la segunda vuelta con el Atlético de Madrid), que están dejando en su segundo plano el hecho de que llega al Sánchez Pizjuán un equipo que ha experimentado importantes mejoras en su juego.

Porque la UD no es sólo Vitolo. El internacional grancanario es una parte, no el bosque. Quizá Berizzo ha sido el que mejor juicio ha expresado con respecto al ambiente del encuentro, recordando las buenas maneras de los amarillos, que ya las padeció en el banquillo del Celta.

El nombre Vitolo colapsa hasta la obsesión. Esa ceguera es una oportunidad para una UD Las Palmas que ha viajado después de dejar intacta su portería y con la moral cargada a tope tras los seis primeros puntos del Campeonato.

El único pero pueden ser las otras bajas, hasta seis contabilizadas por lesión que impiden a Márquez explotar todos los recursos que posee ahora en su plantilla. Especialmente en ataque donde se ve obligado a prescindir esta vez de Tannane y, especialmente, de Predator Remy.

Las Palmas llega, además, con la tranquilidad, sin ansiedades. Su fútbol mordiente ha crecido y Vitolo es sólo una fracción en el conjunto. Viera y Calleri son seguros en un once donde la interrogación la lleva el exterior de la banda derecha (Momo y el argentino Hernán Toledo son teóricos aspirantes) y también el acompañante del sabio Aquilani. En este sentido, si las fuerzas acompañan lo normal es que el puesto sea para Javi Castellano, con Vicente y Hernán expectantes.

Llega el partido más subrayado del calendario para muchos aficionados. Y en realidad, sólo son tres puntos en el océano de la campaña. Porque tras el Pizjuán habrá que seguir remando, con o sin los puntos allí disputados, para mantener rumbo a una orilla aún muy lejana.