La previa

La guerra de los mundos

El estilo preciosista de la UD tratará de revertir resultados ante un pragmático Atlético, que con Simeone sólo conoce triunfos contundentes sobre los amarillos en Liga

Manuel Borrego

Dos mundos antagónicos vuelven a cruzarse este sábado en el Estadio de Gran Canaria. El fútbol de toque y el de presión. El preciosista y el pragmático; el gusto por el balón de la UD Las Palmas y el de la presión y el juego útil del Atlético de Madrid. Todas las batallas de Liga más recientes que ambos cruzaron las ganó con mejor o peor soltura el equipo de Diego Pablo Simeone. Y apenas hace unos meses, en el penúltimo encuentro como local en el Estadio de Gran Canaria, un 0-5 decoró el final de esta contienda que sólo conoce un vencedor.

De nada sirvió entonces que Quique Setién denostara en público su baja inclinación hacia el fútbol del Atlético de Madrid, pese a que le ha llevado a dos finales continentales, un título de Liga y una colección de éxitos bajo el mando del entrenador argentino.

Ese mundo aguerrido, intenso y directo, también versátil por las cualidades diversas que tiene en ataque, volverá a cruzarse con el de la UD Las Palmas. Quizá no sea el mejor momento para el anfitrión y quizá también para el visitante, pero es el que el calendario ha elegido para ambos.

¿Qué habrán aprendido los amarillos de sus lides anteriores con los rojiblancos?. Posiblemente el sufrimiento. Pero habrán de demostrar en esta ocasión si todo lo que sucedió antes ha tenido sentido, si son capaces de resolver todas las ecuaciones deportivas que le va a plantear un rival al que no le importará regalarle el balón y espacios para intentar luego sorprenderle.

En el encuentro de este sábado es muy sensible la desaparición de Vitolo, por lesión y ‘por lo otro'. Araujo se perfila como su principal opositor a intentar hacer obras en la banda izquierda, tomando relevo en la sociedad con Viera. Ambos se entendieron muy bien en otras etapas.

Es también probable que la UD opte por un doble pivote, en un intento de compensar tanta capacidad en el centro del campo como tienen los de Simeone. Y, también, para tener más posibilidades de sacar el balón desde campo propio, algo que se convertirá en un debate en el propio juego.

Dos mundos vuelven a encontrarse; dos estilos y mucho que aclarar aún en un año donde el peligro acecha, a unos y a otros con sus respectivos objetivos.