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Efemérides

25 años de la conversión en SAD de la UD y el Gran Canaria

El 30 de junio de 1992 los dos clubes profesionales de la Isla lograron el capital social con la ayuda del Cabildo y evitar su disolución

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  • 29/06/2017 - 22:39
25 años de la conversión en SAD de la UD y el Gran Canaria Luis Sicilia y Lisandro Hernández, ante la imagen de aquel 30 de junio de 1992 en el Cabildo (C. Torres/La Provincia)

M.B.

Este viernes, 30 de junio de 2017, se cumplen 25 años de uno de los momentos bisagra del deporte nacional: la reconversión de los clubes profesionales en sociedades anónimas deportivas. Fue el momento en que la UD Las Palmas y el CB Gran Canaria lo hicieron bajo la presidencia de Luis Sicilia y Lisandro Hernández, respectivamente, y con el total respaldo de la sociedad insular y en especial del Cabildo de Gran Canaria.

La corporación pasó a ser en aquel momento el principal accionista de ambas entidades. La UD Las Palmas cubrió los 658 millones de pesetas que, en aplicación del Real Decreto, le transformaba en SAD. Y el Gran Canaria, por su parte, logró pasar esa frontera con los 150 millones asignados.

Para que todo ello fuera posible, el presidente del Cabildo Pedro Lezcano lideró, junto a su vicepresidente Jesús Gómez, un movimiento de salvación en el que la corporación acabó aportando casi 400 millones de pesetas para evitar la disolución de los dos clubes profesionales de la isla.

El 30 de junio se produjo ese triunfo insular, con imágenes y momentos inolvidables que los principales protagonistas relataron a Tinta Amarilla.

La UD fue el motor

Luis Sicilia hizo una primera valoración: "Teníamos que liderar un movimiento social que diera legitimidad a la aportación del Cabildo para cubrir el capital de la nueva sociedad anónima deportiva. Trabajamos muy duros y, sin duda, ese logro es la acción que ha marcado mi vida en el deporte. Entre todos conseguimos que la UD Las Palmas resolviera la liquidación de sus deudas y se mantuviera con un capital importante disponible para su resurgimiento".

Pero, "con el tiempo el club volvió a endeudarse (hasta 72 millones de euros y llegar a la Ley Concursal para su salvación). Visto así fuimos ingenuos al pensar que aquella salvación del año 92 era para siempre".

Daban la vida por evitar la desaparición

"Yo era entonces presidente de Asinca (Asociación Industrial de Canarias) y tenía posibilidades de conectar con el mundo empresarial. En todo momento creí que el presidente de la UD Las Palmas iba a ser Gómez Cáceres; estaba convencido de ello, aunque más tarde no fue así por su condición de magistrado. Vine al club para echar la mano que me pidieron y acabé en la presidencia y muy involucrado. Mi Vespino tuvo parte de culpa".

"En aquellos días yo me movía como pez en el agua por toda la ciudad. Acudía a citas para reclamar apoyos. Iba en Vespino (motocicleta); ese era mi secreto. Apenas tardaba de un sitio a otro y la gente se preguntaba cómo podía hacerlo. Pero es que una situación como la que padecía la UD Las Palmas requería estar volcado día tras día y en todas partes. Así lo hicimos, llevando el mensaje de un lado a otro sin parar. En aquella época se generó una gran movilización popular. Hasta trece mil personas compraron al menos una acción a diez mil pesetas. Vimos cosas extraordinarias, porque mucha gente daba la vida para evitar la desaparición de la UD Las Palmas. Una de las imágenes que tengo en mi recuerdo, después de atender a muchas personas para convencerlas, fue la de una señora mayor que llegó al club en los últimos días y, sin decir nada, depositó un dinero en la recepción y se marchó sin dar una explicación. Nunca supimos de quién se trataba y por qué lo hizo. Destaco su generosidad porque ilustra las muestras desinteresadas que recibimos"

Gestos extraordinarios

"Fueron muchos en pocos días. Pero recuerdo con especial en la empresa JSP, cuando Sánchez Peñate convocó a doscientos empleados en una asamblea y allí les explicamos el propósito de la acción social para salvar a Las Palmas. Él mismo fue luego añadiendo uno a uno a sus empleados, recordándoles lo que habían ganado durante el año y las cantidades que cada uno podía disponer. Desde luego, hicimos aquel día doscientos accionistas. Ese esfuerzo de la sociedad grancanaria era impagable. Mucha gente no llegaba a las diez mil pesetas (sesenta euros) y nos dejaba cantidades sueltas para unirlas en acciones. Logramos captar la sensibilidad popular y el Cabildo hizo el resto".

El Gran Canaria aprovechó el momento

Lisandro Hernández ha sido el presidente que más tiempo ha ejercido en el cargo en el Gran Canaria. No dudaba en afirmar que "el CB Gran Canaria no habría sido capaz por sí solo de haber cubierto el capital social exigido. Eso lo entendimos desde el primer segundo de aquella campaña. Nosotros consideramos que nuestra solución era apoyarnos en la UD Las Palmas, aunque en aquel momento su situación deportiva lamentablemente distaba mucho de la nuestra porque había sufrido un descenso a Segunda División B. Teníamos que pegarnos a ellos y hacernos valer ante el Cabildo Insular. Y así ocurrió. Gonzalo Angulo fue el gran valedor en aquellos días de nuestro baloncesto y, junto a la iniciativa de Jesús Gómez, hicieron posible todo ello a través de una apuesta dineraria del Cabildo que fue clara y amplia".

Paso determinante

"Sin duda. Fue un paso determinante para que el futuro del club estuviera en la máxima categoría nacional, que era la ACB. Porque antes competíamos en categorías nacionales de manera casi amistosa; éramos pseudo profesionales. Pero no teníamos exigencias como las que nos impondría la Liga, de ahí que pasamos a un plano diferente desde la conversión en sociedad anónima"

La escayola de Jesús Gómez

Fueron jornadas muy intensas. Nosotros éramos los invitados que entraron en un portal en el momento preciso y en la hora oportuna. Luis Sicilia, con quien me une a amistad de muchos años, y yo fuimos los galgos que acudían a todas partes; corriendo, buscando apoyos de todos. Nuestro trabajo era hacer que la sociedad grancanaria se implicara porque ambos clubes íbamos a ser el orgullo de nuestra capital en el deporte, con una representación adecuada de nuestra sociedad. Fue un trabajo que hicimos con mucha ilusión y, todas las tardes, con Jesús Gómez que estaba de baja con una pierna escayolada, nos reuníamos para cambiar impresiones. Reconozco que la fuerza la tenía la UD Las Palmas y nosotros nos metimos en ese hueco que permitía darnos la posibilidad de saltar a la Liga Profesional que estábamos buscando.

En su etapa logró conseguir que "en el Cabildo se produjera un apoyo unánime porque comprendieron que éramos un grupo de personas por y para el baloncesto. Sabían que no nos íbamos a aprovechar profesional y económicamente de una situación deportiva. Y eso se llevó a cabo para contar con un apoyo incondicional y sin intervencionismo político; nos reuníamos cuando era necesario. Esa confianza que había entre las personas que estaban en el Cabildo y las del club fue la que generó el éxito del Gran Canaria, sin duda alguna".

25 años después, los dos equipos que nacieron en etapas distintas y por razones dispares, aún siguen caminando tras aquel instante en el que una explosión de solidaridad les sacó de una situación muy delicada.