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El último canario del CD Málaga

Onofre del Rosario fue el traspaso más caro en la historia -en aquel momento- de un club que acabó desapareciendo. "Nos embargaron hasta las botas", recuerda

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 17/02/2017 - 12:37
El último canario del CD Málaga Onofre del Rosario, en su etapa de jugador del Málaga en La Rosaleda (Archivo personal)

Manuel Borrego

Onofre del Rosario (9 de febrero de 1967) fue el último canario que jugó en el desaparecido CD Málaga, el club que el 1992 no logró su reconversión en sad y dio paso a las nuevas versiones del representativo de La Rosaleda. Incluso participó en el partido de ‘despedida' oficial frente al Celta, en Balaídos, el 24 de junio de 1992. La historia siempre recordará a notables jugadores que le precedieron como Manolo Torres o Juani Castilla, pero en el epílogo del histórico club le tocó el infortunio a él.

Era entonces el galdense uno de los futbolistas grancanarios más pujantes de nuestras ligas, que el Málaga decidió contratar mediante el traspaso más caro de la historia, tanto para el club andaluz como para la UD Las Palmas. "Pagaron por mí 60 millones de las antiguas pesetas (360.000 euros). Tenía propuestas de hasta ocho equipos, entre los que se encontraban el Sevilla, Zaragoza o el Real Madrid, a través del Castilla. Pero vino el Málaga y salí, con un contrato mejorado".

Ese fue el comienzo de su ciclo de dos temporadas con el club andaluz. Firmó cuando el Málaga estaba en Primera, pero se produjo el descenso antes de su llegada y tuvo que actuar en Segunda. En realidad, a pesar de la gran clase que allí mostró Onofre, había entrado en un club con un futuro incierto donde las deudas le iban a penalizar hasta la extinción.

"Deportivamente mi primer año fue espectacular. Pero se nos escapó el ascenso a Primera en una promoción con el Cádiz, en la tanda de los penalties. Fue un duro palo que condicionó más al club, que estaba sumido en grandes deudas", recuerda a los lectores de Tinta Amarilla.

El entorno del CD Málaga se convirtió en una tortura completa. Se acercaba la hora de la reconversión, con el depósito económico para las acciones, pero no veían las soluciones. "Teníamos un gran equipo, con plantilla entre las que se encontraban el meta Fernando, Alvarez, Jaime Molina -jugador más tarde de la UD Las Palmas-, el camerunés Makanaky que venía de un Mundial, Palomo Usuriaga, ... El Málaga hizo una fuerte inversión pero al final se descubría que tenía una deuda muy grande".

La plantilla en la recta final de 1991-92 hizo un encierro en los vestuarios de La Rosaleda. "Vivimos momentos muy duros. El Juzgado llegó a embargar hasta las botas de los futbolistas, o los equipajes, ... todo. No sólo los jugadores, también los empleados del club lo sufrieron. Llevábamos casi un año sin cobrar. Hubo gente que vendía sus propiedades para poder comer", afirma. "Incluso sus radiocasetes, prendas. Los jugadores nos encerramos en los vestuarios durante unos diez días. Yo, por fortuna, era entonces soltero pero había compañeros con hijos y familia que mantener. Comíamos gracias a que algunos restaurantes nos facilitaban la cena mientras estuvimos en el vestuarios. Hicimos varios tipos de protesta, pero el club no tenía soluciones".

Una luz de esperanza se había producido días antes de aquel 30 de junio de 1992. "Estábamos en el encierro y nos llamó el periodista José María García. Nos dio una alegría diciendo que había acuerdo, que se iba a cubrir la deuda con el capital social con la aportación de algunas instituciones. Todos pensamos que había llegado el fin, pero no fue así y el desenlace fue fatal. Aún hoy, soy acreedor de aquel Málaga. Me dejó de pagar una cantidad superior a los 300.000 euros. Pero lo peor es que mi carrera no siguió como quería".

Porque Onofre, pretendido por grandes clubes de Primera, era entonces uno de los referentes del club amarillo y también del propio Málaga. "Sí, me salían las cosas muy bien. La banda derecha de los equipos era para mí. No me comparo con David Simón, porque él es un portento físico y yo tenía más carácter ofensivo, con más influencia en el área. Mis centros eran goles para Koke Contreras o para Basti o Toledano. Tenía un buen regate, era vertical, quizá porque me formé en el fútbol sala y aquello me marcó en mis comienzos. En Las Palmas me sentí un jugador importante y en mi primer año en el Málaga, también".

Una formación del Málaga, con Onofre -primero agachado a la derecha-. Al lado, junto al mundialista camerunés Makanaky.

Onofre vale 600 millones

Onofre recuerda el valor que llegó a tener para el club. Lo hace con una anécdota. "Pepe Pardo, el presidente de aquella época en Málaga, se había colocado en las proximidades del embarque en un vuelo. Iba tocando a los jugadores del equipo. Y entre sus bromas comentaba a cada uno de los jugadores, en voz alta, el valor de cada uno. Este 30, el otro 40, ... y cuando pasé yo dijo: Onofre vale 600 millones, si alguien quiere venir a comprarlo. Me sorprendieron sus palabras. Pero en aquella época me salían muy bien las cosas y mi fútbol estaba en apogeo".

Luego Granada, Almería, ... para volver a Gran Canaria. Ahora reside en la Ciudad de La Alhambra, donde ha generado su propia familia. Pero no le quita el ojo a sus ex equipos, entre ellos el amarillo. "El lunes veremos en Málaga un partido interesante. Porque los dos equipos juegan a lo mismo, con buen gusto por el balón. La clave está en la comisión mínima de errores, como hemos visto en los últimos encuentros de la Unión Deportiva. Tiene que mejorar en ese aspecto y acertar en las ocasiones".

"¿Europa?", le preguntamos al ex amarillo. "No lo veo tan difícil. Porque el equipo está fuerte en su juego y, además, las llegadas de Jesé y Halilovic suponen un salto de calidad para el grupo. Pero insisto en que Las Palmas debe mejorar algunos aspectos defensivos, porque encaja goles que pueden evitarse. Si logra esa corrección y el equipo sigue su nivel de rendimiento arriba, donde tiene un ataque espectacular, el objetivo se puede alcanzar. Aunque esté difícil".

Las huellas de Onofre las sigue su hijo Himar, que ha pasado a los filiales del Sevilla. "Está muy ilusionado. El cambio tiene un proceso, pero estamos cerca. Puedo haber ido a otros clubes, pero Sevilla es un lugar ideal para él. Lleva 15 goles esta temporada, con muy buen tono en sus mejoras. Estoy deseando que se haga una foto con Vitolo Machín. Le he dicho que cuando le vea le diga que es un miembro de la saga Del Rosario".

Sigfrido, Onofre y ahora Himar. Mucho fútbol por esas venas tan isleñas.