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La despedida de un Estadio legendario

Un día la UD salió líder del Calderón

La segunda y última victoria de los amarillos fue en 1969 (1-2), con un añadido especial: se produjo en ella la única expulsión en la Liga de Germán Dévora porque "Iglesias me hizo perder los nervios"

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 12/12/2016 - 13:17

Manuel Borrego

La UD Las Palmas visitará este sábado por última vez el viejo estadio del Manzanares. El Atlético de Maddrid está en los últimos preparativos para el traslado al Wanda Metropolitano y va a dejar atrás una hilera de recuerdos de muchos clubes. El equipo amarillo tiene los suyos porque en él vivió jornadas que tuvieron dirección en todos los sentidos.

Pero una de las más singulares se produjo el 21 de septiembre de 1969. Esa fue la segunda y última ocasión que Las Palmas ganaba a domicilio al Atlético de Madrid, un club con gran arraigo, en un partido plagado de hechos que, sin embargo, tendría uno de mayor relieve: Los amarillos salían del estadio rojiblanco como conjunto líder de la Primera División enlazando victorias en las dos primeras jornadas: 5-1 al Elche y 1-2 al Atlético.

Ese triunfo fue trabajado por el equipo de Luis Molowny, que era visitante con la condición de subcampeón del pasado ejercicio. Germán Dévora tuvo aquel día un protagonismo especial. No sólo por su colaboración en el triunfo, sino porque a siete minutos del final el Maestro sufrió la única expulsión en toda su carrera profesional, un hecho insólito que él explica para los lectores de Tinta Amarilla.

El recuerdo del Maestro

"Aquel día me marcaba Iglesias. Y en una jugada con él y Martínez Jayo, recibí un golpe en el pómulo, con un corte. Me debió atender en el campo nuestro masajista de la época, Pepe González. Pero lo peor estaba por llegar", comenta para los lectores de Tinta Amarilla el propio Germán Dévora, que tiene muy vivo el recuerdo de aquel día y de aquellos momentos. "El Atlético tiene fama de ser un equipo duro durante varias etapas. Eso lo sabíamos bien".

"Iglesias", continúa, "logró sacarme de mis casillas. Porque cada vez que se acercaba me daba un manotazo en la cara, intentando empeorar mi herida. Nunca me había pasado nada igual porque el árbitro no hizo nada. Y en un momento, estallé: lancé el brazo y aunque no le golpeé, el colegiado me expulsó. Es la única tarjeta roja en toda mi carrera profesional -se perdió cinco partidos por ello-. Pero tenía una explicación".

Las Palmas ganaba el partido en esos momentos porque a los 10 minutos José Manuel León, revoltoso delantero siempre, había adelantado al equipo de Luis Molowny. "Y luego, con diez jugadores", continúa el relato Dévora, "vino el célebre gol de Trona. Porque en aquel momento Felipe Trona jugaba como delantero centro. Ellos pudieron recortar (Orozco) pero ya no tuvieron tiempo para la remontada".

JM García se coló en el vestuario

Otra de las anécdotas del día se produjo en los vestuarios del club rojiblanco. Porque allí Germán, tras ser expulsado se encontró con "un chico rubio, menudo, con un micrófono. Me explicó que era un joven periodista del diario Pueblo, que se llamaba José María García y que quería entrevistarme. Se había colado sin que me diera cuenta. Le atendí y, desde entonces, hicimos una gran amistad". García fue un referente periodístico nacional en las décadas posteriores.

Ese día, la prensa de la época también dedicó elogios a la actuación del meta Oregui, en una formación que lograba abandonar uno de los mayores recintos deportivos del país con la cabeza alta y en la primera posición clasificatoria. En el Atlético, excelentes jugadores internacionales como Irureta, Luis, Ufarte o Gárate. El francés Marcelo Domingo, que fuera entrenador también de los amarillos, dedició elogios al meta vasco de la UD.

Aquel partido fue disputado por:

Atlético de Madrid: Zubiarraín, Jayo, Melo, Calleja, Iglesias (Orozco), Irureta, Luis Aragonés, Ufarte, Adelardo (Juan Antonio), Alberto y Gárate. Enrenador, Marcel Domingo.

UD Las Palmas: Oregui, Hernández, Tonono, Castellano, José Luis, Guedes, León, Gilberto II, Germán, Gilberto I y Trona. Entrenador, Luis Molowny.

El colegiado del partido fue el extremeño Pablo Sánchez Ibáñez.

Después de este marcador, sin Germán, se produjo la célebre victoria 2-4 del Real Madrid en el Insular. Y Las Palmas cedió el liderato para acabar en mitad de tabla aquella Liga.