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"Mi marcha del Viera la interpreto como un hasta luego"

Jero Santana cierra su ciclo de dos temporadas en el conjunto de la capital, con el objetivo cumplido y "puertas abiertas" para nuevos proyectos

  • TERCERA
  • 24/05/2016 - 12:25

M.B.

Jero Santana ha cerrado un ciclo de dos temporadas como entrenador del Unión Viera, en el grupo canario de la Tercera División. Hace unos días, el club de la capital le dio oficialidad al relevo en su banquillo, en plenas negociaciones para la vuelta de Angel Luis Camacho. Jero valora dos hechos en este instante de la despedida: "De una parte, la satisfacción personal de haber logrado los dos objetivos en las dos temporadas, con permanencias holgadas en la categoría". Y de otra, "entender que el club quiera a un entrenador que conoce bien a la entidad, que es un gran técnico".

Sin embargo, su salida del club no es "una marcha definitiva. Porque todos hemos convivido conociéndonos y aprendiendo unos de otros. Para mí es un hasta luego. Mis puertas quedan abiertas".

En esos dos años comprendió Jero que "el Viera es un club muy grande por dentro, con muy buena organización y una infraestructura deportiva que le puede dar muchas alegrías. Yo tenía un proyecto para la próxima temporada, pero no quiere decir que no se pueda poner en práctica. Quizá pueda hacerlo en otra entidad. De momento, por problemas laborales, estoy centrado en otra cosa. Pero ya veremos qué dice el futuro" en relación a los banquillos.

No ha tenido tiempo estos días "ni de ver la promoción de ascenso. Y eso que tengo a tres de mis ex equipos en competición: Las Palmas Atlético, Villa de Santa Brígida y Lanzarote".

El resumen personal que hace de su gestión como entrenador es muy provechoso. Además, con Jero Santana el Viera acuñó la que podría considerarse mejor versión del contragolpe en la Tercera División, grupo de Canarias. Un estilo de juego que le definió en los últimos meses y que él nos lo explica. "En la primera campaña, con Alex Peraza al completo en todos los partidos, fuimos un equipo con más combinación. Teníamos jugadores con ese perfil, que nos sacaban bien el balón desde atrás. Fuimos, además, el equipo máximo realizador del grupo. Pero este pasado verano comprendimos que, con los cambios habidos en la plantilla, teníamos algunos jugadores distintos. Se caracterizaba por presentar más fuerza y rapidez. Robábamos el balón y salíamos como tiros. Y el contragolpe nos funcionó en la primera parte de la liga a las mil maravillas".

Pero, posteriormente, vinieron los problemas. "Que fueron de distinta índole. De una parte, los habituales de sanciones o lesiones. Entre esas bajas nos mermó mucho la ausencia por lesión de Peraza en los tres últimos meses de la campaña. Es un jugador fundamental para el club. Y también hubo problemas extradeportivos que tuvimos que solucionar".

La decisión más difícil

Todo ello llevó a un cambio de dirección que impidió al equipo mantener el nivel. "Tuvimos que renunciar a dos jugadores que eran fundamentales para el equipo (en alusión a Xiraxi y Lenin) y también se nos fue Cristian Barrios al Villa, al solicitar un cambio por sus aspiraciones personales. No fue fácil. No tuvimos tanta capacidad para reforzarnos en el mercado invernal. Pero teníamos que adoptar esta decisión tan compleja para todos".

En ese momento, los técnicos del Viera con Jero a la cabeza, sintieron el respaldo del club y del director deportivo, Paco Pepe, "porque no era plato de buen gusto tener que tomar estas decisiones. No fueron caprichosas. Tratamos de mantener los buenos actos para la plantilla, de seguir con una postura rigurosa. Y en ese momento, ante la situación de tener que elegir entre los técnicos o los jugadores, el club nos mostró una postura muy coherente respaldándonos. Todos sabíamos el sacrificio al que nos sometíamos, pero imperó la disciplina del grupo".

La producción de cantera, "con el debut de casi todos los futbolistas del Regional B en Tercera División" es la señal final de que el técnico fue leal a la idea de un club que seguirá batiéndose entre los mejores de Canarias. La huella de Santana se interrumpe, pero queda.