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"El futbolista se sentía arropado por García Panasco"

Germán Dévora dibuja la figura del histórico secretario general y recuerda que "tuvo una misión clave" en la mejor UD Las Palmas

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 28/03/2016 - 11:13

M.B.

El presidente de honor de la UD Las Palmas, Germán Dévora, nos dibuja la figura de Jesús García Panasco en la historia de la entidad. Durante su gestión administrativa y deportiva el club vivió los momentos de mayor realce hasta ahora, con un trabajo intenso y dedicación a la entidad que le convirtieron en "una persona que tuvo una misión clave en la Unión Deportiva".

"Le conocí desde que entré en el club con 16 años. Don Jesús siempre fue el mismo. Para mí, una persona muy importante en la Unión Deportiva y en todos los que pasamos por la entidad", reflexiona Germán Dévora. "Don Jesús lo llevaba todo; lo administrativo y lo deportivo. Lo conocía todo y estaba muy bien rodeado siempre de personas eficientes. Vivía en la Unión Deportiva las veinticuatro horas. Tenía que gestionar un club que, a diferencia del día de hoy, no disfrutaba de una solvencia económica. Todos sus ingresos pasaban por taquilla y con esas cantidades la economía era limitada. En aquella época no había derechos de televisión, ni patrocinadores ... Todo eso no existía y su trabajo era difícil".

Así que para desempeñarlo lo ejerció con "seriedad, con rigor. No se lucró en el fútbol. Él era riguroso consigo mismo. Los jugadores le tenemos que agradecer muchísimo sus palabras, sus consejos. Era un hombre que se preocupaba por todo. Quería un comportamiento correcto al escudo que se representaba. Hablaba con el jugador y le asesoraba. E, incluso, le ayudaba a invertir su dinero con decisiones acertadas. El futbolista se sentía arropado con una persona como García Panasco".

En los despachos de Pío XII estaba la figura de "su secretario, José Guerra, que era una extensión de García Panasco. Ambos eran inseparables. Resolvían todas las cuestiones con una vocación y con un amor al club que estaba por encima de todo lo demás". Y en el campo de juego "especialmente con Carmelo Campos; formaban un binomio clave. Si había un jugador por descubrir, ambos le facilitaban el camino".

Los jugadores decían en aquella época que una mirada de García Panasco era suficiente. "No era en realidad un hombre duro. Era una persona a la que le gustaba sobre todo la corrección. Se lo tendremos eternamente agradecido por todo lo que nos apoyó".