Momo encaja en el modelo Setién

El zurdo grancanario ofrece ante el líder su más cualificada actuación, integrándose con personalidad como solución para el despertar amarillo

Manuel Borrego

Quique Setién es el fontanero de la UD Las Palmas. Aparece un problema y agudiza sus pensamientos para encontrar una solución. Muchas veces se ha repetido esta secuencia en tan poca estancia del entrenador cántabro. La última respuesta a la multitud de ausencias en el centro del campo, la línea más castigada en este tramo de la temporada, tiene un nombre conocido en el club grancanario: Momo Figueroa. Lo ocurrido con él este sábado en el Gran Canaria se podría sintetizar en cuatro palabras: El partidazo de Momo.

A nuestro juicio, el zurdo Figueroa firmó ante el FC Barcelona la mejor de sus actuaciones de esta temporada y, posiblemente, la más cualificada de cuantas realizó tras su regreso a la UD Las Palmas. No sólo por las prestaciones propias sino por la dificultad que le entregó su concurso a los hombres del equipo líder de la competición.

Momo encajó perfectamente en el modelo Setién. Posesión, protección del balón, presión, desgaste, sociabilidad y empatía con un estilo de juego al que unos llegan antes que otro. Le entregó al equipo personalidad y una manera de jugar en varios sectores del campo que no había expresado en otras actuaciones, tanto con Herrera como con el actual gestor técnico. Ha comentado el entrenador que jugadores como Roque Mesa o Vicente Gómez cogieron de inmediato la sintonía de su mensaje y del modelo de juego que quiere madurar con el representativo grancanario. Momo ha llegado a tiempo para crearse un espacio. Su reaparición en el once titular, resultado al margen, es muy satisfactoria. Porque además ayudó a que otras sociedades internas también desarrollaran un buen juego en el equipo. En especial, la chispa en el juego interior de Jonathan Viera y Tana Domínguez.

Todo ello funcionó sin el resultado de una victoria o de un empate que, al menos, justificara tanta generosidad en el esfuerzo. Momo ha alzado la mano y esta vez lo ha hecho alto y claro.