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Dos veces héroe en Mestalla

Miguel Ángel Santana fue bigoleador en las dos primeras victorias de la UD Las Palmas en feudo del Valencia. Rememora esos triunfos y que el club levantino, "que siempre se me dio bien", fracasó en los intentos de ficharle

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 14/11/2015 - 13:35

Manuel Borrego

La vasta historia entre el Valencia y la UD Las Palmas conserva a un héroe grancanario con mayúsculas en dos de los partidos disputados Mestalla, donde el representativo isleño sólo ganó tres veces en su paso como conjunto de Primera División. Las dos primeras ocasiones llevan la misma firma: Miguel Ángel Santana (1 de enero de 1953), el rápido extremo de la generación que en 1972 se proclamó campeón de España juvenil con Manolo Torres. Él fue autor de dos goles vibrantes, en los triunfos visitantes de las temporadas 1975-76 y 1976-77, tantos que además "marcaron mi trayectoria profesional porque aún se recuerdan".

Miguel Ángel rememora en Tinta Amarilla cómo fueron aquellos días y esas victorias cuando él tenía un protagonismo (13 goles en la Liga de élite) en la primera plantilla de la Unión Deportiva. Al repasar los episodios descubre que "los partidos que jugué en Valencia (entonces estadio Luis Casanova) se me dieron bien, tuve actuaciones importantes. No sé por qué. El Valencia quiso ficharme en su momento porque Pasieguito, que llevaba la secretaría técnica, tenía interés desde que yo era juvenil. Incluso habló conmigo para convencerme". Sin embargo, "En aquella época el derecho de retención era fundamental y Las Palmas no mostró voluntad alguna en dejarme salir".

Junto a Félix Marrero, Miguel Ángel era la principal avanzadilla de los juveniles de oro que "yo mismo les denomino los ángeles amarillos, porque los diablillos amarillos eran los de la generación anterior". El primer triunfo histórico de la UD Las Palmas se produjo el 8 de febrero de 1976, con el tanto inicial que marcó él a los cinco minutos, luego protegido perfectamente por todo el equipo grancanario.

El gol y la Marcha Verde

"Aquel partido fue especial. Nosotros no estábamos bien y necesitábamos ganar. Fue televisado para toda España en blanco y negro. La gente veía en la tele las camisetas grises, pero en realidad estábamos vestidos de rojo y pantalón azul", matiza. "Recuerdo que el gol se produjo muy pronto. Enviaron un balón en largo y yo corrí con el defensa (Cerveró) para el área. Caíamos y resolví casi desde el suelo. No fue un gol muy bonito pero significó mucho para el equipo y para mí".

El rendimiento en aquella época de Miguel Ángel estaba condicionado porque realizaba el servicio militar en el Ejército de Tierra. "Apenas podía entrenar con mis compañeros. Estábamos en una etapa muy difícil por culpa del asunto aquel de la Marcha Verde en el Sáhara (retirada de España de los territorios ocupados en febrero de 1976) y todas las tropas estaban en alerta. Apenas teníamos permisos y, para colmo, a mí me destinaron a la caja de reclutas, donde no había otra cosa que protestas y gente enchufada. La mili me condicionaba muchísimo y por eso tenían tanta importancia aquellos pocos goles que pude anotar".

Las formaciones de aquel 0-1 para Las Palmas fueron las siguientes:

Valencia: Marro; Barrero, Barrachina, Cerveró, Cordero, Claramunt, Tirapu, Jonhy Rep, Planelles, Sancayetano y Keita. Salieron en la segunda parte Saura y Quino, con Manuel Mestre en el banquillo.

Las Palmas: Carnevali, Martín Marrero, Hernández, Wolff, Castellano, Félix, Páez, Juani, Germán, Miguel Ángel y Morete. En el segundo tiempo entró Melián, con Heriberto Herrera de técnico.

"Ganamos y aquella gente se puso muy nerviosa. En Valencia los aficionados tiraban al campo las almohadillas. Protestaron mucho", recuerda. "Tenían un gran equipo, con jugadores muy buenos y en la delantera: Rep (holandés) y Keita (senegalés), que eran muy peligrosos"

Manolo Marrero anula a Kempes

Pero si emocionante fue el primer triunfo, no iba a dejar de serlo el segundo (1-2) registrado en el mismo escenario el 20 de febrero de 1977. De nuevo Miguel Ángel Santana, a los 26 minutos, abrió el marcador. Empató Lobo Diarte antes del descanso y Félix Marrero sentenció en el 70. "Ese partido lo jugamos mejor, ante un Valencia que era todavía de más calidad. Casualmente, Heriberto Herrera era el entrenador rival, pasando de un equipo al otro entre temporadas. Y cuando terminó el encuentro, con su ironía habitual, dijo: ¡Y eso que vinieron con suplentes!".

Porque Las Palmas había acudido, con Roque Olsen al frente, plagada de ausencias en el centro del campo: Germán, Brindisi, Noly ... además de los zagueros titulares Martín Marrero y Guillermo Hernández. "Fue una gran tarde de Las Palmas; controlamos muy bien al Valencia. Olsen sacó a Manolo Marrero por sorpresa para que le hiciera un marcaje especial a Mario Kempes, la estrella ya del Valencia. Era un zurdo extraordinario, un gran goleador. Pero mi compañero Marrero le aburrió, no le dejó tocar una"

Y además, otra vez "hubo grandes protestas en las gradas con más lanzamientos. Estaban incómodos porque su equipo no dio la talla ante Las Palmas". El ataque del Valencia era "casi nada: Kempes, Diarte, Rep, Adorno ... Recuerdo que mi gol fue muy bonito. Fue una jugada por la derecha y un disparo por esa zona en el área. En el 1-2 de Félix también participé", revive con frescura. "Era una falta que centré y él remató. Aquello, como era de esperar, acabó con almohadillas por todas partes".

Miguel Ángel fue un valor que la UD Las Palmas proyectó hacia la Primera División, aunque él está convencido que "pude hacer más". O al menos le habría gustado. Su obra es inolvidable y queda en la leyenda histórica de la Unión Deportiva.

Estas fueron las formaciones de aquel segundo triunfo grancanario, que también recordamos:

Valencia: Pereira, Carrete, Cerveró, Botubot, Jesús Martínez, Castellanos, Rep, Juan Carlos, Adorno, Diarte y Mario Kempes. Salieron Arias y Eloy más tarde, bajo la dirección de Heriberto Herrera

Las Palmas: Carnevali, Manolo Marrero, Wolf, Roque, Estévez, Melián, Félix, Juani, Páez, Miguel Ángel y Morete. Más tarde, Carmelín y Gerardo Miranda con Roque Olsen al frente.

El holandés Rep, el paraguayo Lobo Diarte y el argentino Kempes, la amenaza del Valencia. Dos de ellos (Rep y Kempes) jugaron un año después la final del Mundial de 1978, en Buenos Aires, con Holanda y Argentina respectivamente.