Publicidad

Un debut 'a lo bestia' en Chamartín

"Me sorprendió en la charla técnica cuando Olsen me dijo que salía como titular para marcar a Chendo" afirma Carlos Ramírez, el último canterano que pasó del filial a jugar en el Bernabéu frente al Real Madrid (hace 27 años)

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 27/10/2015 - 14:04

Manuel Borrego

Ser canterano y debutar con la UD Las Palmas en el estadio Santiago Bernabéu frente al Real Madrid es materia reservada. Habitualmente, por el potencial del equipo rival y por las consideraciones propias de la Primera División, no es moneda de uso a través de la historia. Sólo dos jugadores de la cadena que han defendido la elástica del club grancanario lo hicieron en esos partidos tan señalados de Liga que, en líneas generales, fueron un tormento para la Unión Deportiva. Carlos Ramírez (diciembre de 1967) fue el último precedente, en una etapa dificilísima para la UD Las Palmas, en proceso de descenso a Segunda División.

Aquel debut suyo ‘a lo bestia' se produjo el 21 de febrero de 1988. Se había producido un cambio de entrenador con el arribo de Roque Olsen y "yo me encontraba con Las Palmas Atlético, a las órdenes de Paco Castellano (en Segunda B). Pero tuve el honor de haber debutado con el equipo de toda mi vida en un estadio de aquellas dimensiones. Han pasado muchos años y no olvido ni un detalle del partido".

Carlitos, ojito derecho de Olsen en aquella época, era un notable lateral derecho, a la usanza de David Simón. Había destacado en filiales y con apenas unos entrenamientos con el grupo profesional, el técnico hispano-argentino le sorprendió con la convocatoria para viajar a Madrid. "Pero mayor sorpresa si cabe fue cuando en la charla técnica antes del partido nos dijo a todos que yo iba a jugar. La ilusión me recorrió todo el cuerpo. No sé si me temblaban las piernas o no pero me sentí en aquel momento muy feliz".

Corriendo a hacerse el traje

Todo se tuvo que improvisar aquella semana. Cuando le dieron la citación, Carlos tuvo que ir hasta Mesa y López para ponerse en manos del equipo de sastres de El Corte Inglés, que entonces patrocinaba la vestimenta de viaje del equipo. "Todo se hizo muy rápido para que pudiera ir con el grupo. Me hicieron el traje a medida y cuando me di cuenta estaba en el avión, rumbo a Madrid".

Carlos recuerda que "aquello era impresionante. Un estadio de ochenta mil personas, antes de la remodelación, parecía que nunca terminaba. Además, nos medíamos a un equipazo como el que tenía el equipo blanco, que era el equipo de las cinco ligas consecutivas".

Jugaron aquel día por el Real Madrid, dirigido por Leo Benhakker, los Buyo, Chendo, Tendillo, Sanchís, Camacho, Michel (Llorente), Gordillo, Martín Vázquez, Butragueño, Gallego (Jankovic) y Hugo Sánchez. Las Palmas lo hizo con Echeverría, Pepote, Mayé, Julio Durán, Javier, Pedro Luis, Félix Marrero (Yoyo, 73), Alexis Trujillo, Carlos (Verona), Lazlo Dajka y Contreras.

Cuidar a Chendo

"Los nervios se me fueron pronto en el partido. Mis compañeros me arroparon. Jugué, sin embargo, con el dorsal 11 a la espalda porque Roque Olsen me encomendó una misión: tapar las subidas de Chendo -internacional defensa diestro del Real Madrid-", recuerda con absoluta precisión Carlos pasados 27 años.

El partido no pudo frenarlo Las Palmas. Los aciertos de Tendillo, Michel González, Sanchís y dos de Hugo Sánchez sellaron una goleada que empezó a fabricarse al borde del descanso, porque los amarillos aguantaron el empate hasta el minuto 40. "Era un equipo tremendo. Teníamos que tapar a Chendo, pero es que por el otro lado venía Gordillo, por el centro Hugo y Butragueño; o Michel, Martín Váquez, ... Fue un partido muy complicado para nosotros".

La relación de Carlos con Olsen fue extraordinaria en lo profesional. El técnico vio en el canterano posibilidades de triunfar en el fútbol. Le hizo debutar y, dos años después cuando regresó al club en Segunda, le estableció de forma definitiva como miembro de la plantilla profesional luego del regreso a filiales en la etapa de Paquito García. "Todo el mundo hablaba del látigo de Roque Olsen. Es verdad, era duro con el jugador, pero también tenía mano para ser serio y amigo de los futbolistas. Recuerdo que una vez", aviva su memoria, "no tenía mi día. Todos los pases en un partidillo de entrenamiento me salían mal. Olsen se dio cuenta y se acercó con ese paso pausado que tenía. Y sin dar mayor importancia me dijo al oído con su sorna habitual: "¿Necesita un descansito?". A partir de entonces todo empezó a salirme, no fallé ni un control de balón. Con cuatro palabras era capaz de ordenar a cualquiera. Pero, fuera del campo, si tenía que defender a un jugador lo hacía con energía".

De aquel partido no se quedó con recuerdo alguno Carlos, porque "en aquella época no era común. Pero en mi recuerdo está una jugada de las mías, en la que crucé el campo y llegué en solitario ante el portero. Buyo me hizo falta al borde del área y no pude culminar la acción. Hoy, con la normativa nueva, le habría costado tarjeta roja. Quedó en falta y amarilla. Tuve esa ocasión de marcar aquel día".

La mencionada jugada, en la que Buyo -en el suelo- derriba a Carlos Ramírez, en el partido del Bernabéu de 1988 (Archivo personal C.R.)

Alexis Trujillo, Félix, Pedro Luis, Julio Durán ... le dieron "muy buenos consejos aquel día. Me decían que hiciera todo normal, que no le diera importancia al partido".

Me reflejo en Asdrúbal

Carlos nos analiza el momento actual de la UD Las Palmas. "La sustitución de un entrenador es lo más fácil. Quizá la situación se le fue un poco de las manos a Herrera, se le hizo grande aunque da la impresión de que la planificación de las primeras jornadas no fue lo eficiente que tendría que ser".

Así, el partido contra el Getafe "no lo pude ver más que diez minutos. Me eché a llorar cuando iba 2-0, sentí un poco de vergüenza porque lo que estábamos viendo no es lo que se esperaba del equipo". Sin embargo, "me quedé al completo a ver el encuentro frente al Villarreal. Las Palmas estuvo muy bien en defensa, que es el principio de todo. Debe mantenerse así y mejorar su capacidad ofensiva. Eso con el tiempo".

A título individual "me identifico con Asdrúbal. Cada vez que sale al campo muere por el equipo. Pero no se le da las oportunidades que está mereciendo. También creo", añade, que Roque Mesa es un jugadorazo. Dará muchas alegrías, como ya está haciendo. Veo a Viera que puede aportar más y, por supuesto, David Simón es un futbolista que dudo que siga en Las Palmas. Algún equipo vendrá a comprarlo porque los defensas como él no se ven. Sin embargo, después de la renovación ha bajado algo el rendimiento".

Lo dice un especialista lateral derecho que, en su momento, encandiló a la afición grancanaria. Y todo comenzó ante el Real Madrid y en el majestuoso estadio de Chamartín.