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Un legendario capitán de la UD debutó en feudo atlético

Aparicio hizo su aparición en el Metropolitano en 1958, con un marcaje notable sobre el internacional Enrique Collar

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  • 19/08/2015 - 22:55

Manuel Borrego

La historia de los cruces entre el Atlético de Madrid y la UD Las Palmas, como se producirá este sábado en el Estadio Vicente Calderón, tiene también episodios puntuales relevantes. Algunos tan significativos como el del 28 de diciembre de 1958 cuando el que iba a ser un gran capitán de la UD Las Palmas haría su estreno en Primera División en ese mismo partido (3-1), en el Estadio Metropolitano. Ernesto Aparicio fue elegido por el técnico Baltasar Albéniz para cubrir un hueco en el equipo profesional dando el salto tras paso por el Unión Atlético y el Aficionado, filiales de reciente creación en la UD Las Palmas.

Aquella tarde, resuelta con dos goles del angoleño Mendoça y el brasileño Vavá para los rojiblancos, al joven debutante (22) se le encargó el marcaje del internacional rojiblanco Enrique Collar. Su labor fue notable y así lo expresó el propio Albéniz en declaraciones a Diario de Las Palmas, realizadas por teléfono desde la capital de España: "El marcar a Collar ya suponía una papeleta de compromiso", decía el entrenador. "Porque Collar atraviesa un momento espléndido, como ya acreditó en Ginebra. Aparicio ha estado francamente bien, sin llegar a lo extraordinario (...) Me ha gustado su aplomo, libre de nerviosismo, su coraje tremendo, y su sentido en el marcaje, despejando con prontitud. De ahí que Collar, aunque ha dado muy buenos centros y jugadas, no ha profundizado hacia el gol por impedírselo Aparicio".

A modo de recordatorio, el Atlético alineó a Pazos, Verde, Callejo, Mediondo, Agustín (tinerfeño), Rafa, Miguel El Palmero, Mendoça, Vavá, Peiró y Collar.

Las Palmas lo hizo con Pepín, Aparicio, Beltrán, Marcial, Pantaleón, Felo, Beneyto, De Mola, Parodi, Macario y el Pibe Larraz.

El tanto de honor amarillo fue obra de Macario.

Aparicio había dado ese paso hacia la Primera División, en la última jornada de la primera vuelta. Le esperaban por delante doce temporadas en la UD Las Palmas como futbolista, 288 encuentros oficiales y un montón de días con el brazalete de capitán. Y más tarde, las funciones como masajista del club hasta su retirada en 2002.

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