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Paz social, concurso, cantera y élite

Miguel Ángel Ramírez alcanzará 14 años al frente del club cuando cumpla el ciclo renovado en la reciente junta de accionistas. Todos sus objetivos originales los ha logrado tras el cierre de concurso de acreedores. La Primera División es el nuevo horizonte de su etapa, la segunda más duradera al frente de la entidad

  • ENTRE BASTIDORES
  • 01/01/2015 - 14:49

Manuel Borrego

La reciente renovación del consejo de administración para el lustro que alcanza 2019 acentúa la condición de presidente histórico de la UD Las Palmas al actual mandatario, Miguel Ángel Ramírez Alonso, que en aquella futura fecha habrá enlazado 14 temporadas consecutivas al frente de la entidad, en un viaje que se inició en 2005, partiendo su mandato desde la situación más extrema que ha vivido la entidad tanto en lo económico, lo social y también en lo deportivo.

Miguel Ángel Ramírez es, desde hace un año, el segundo presidente con más duración al frente del club representativo de Gran Canaria, logrando en su etapa una estabilidad que es fruto de una gestión rigurosa. Sólo le queda por delante al presidente del subcampeonato de Liga logrado por el club y el del debut del equipo amarillo en las competiciones continentales: Juan Trujillo Febles.

Ramírez y sus colaboradores han trabajado duro en estas diez temporadas, con un amplio puñado de objetivos cubiertos y muchos retos por delante todavía. 2014 le ha brindado la posibilidad de cerrar el concurso de acreedores que precisamente le llevó a liderar al club cuando la UD Las Palmas estaba en estado agónico y alejaba de su entorno no sólo a un amplio grupo de sus seguidores, sino a patrocinadores y personalidades que creían más en la desaparición que en el reflotamiento.

El cierre del concurso el pasado 17 de diciembre es uno de sus legados, tras 10 años y 42 días desde el inicio de la causa. El tránsito en esta etapa fue durísimo. Superó cada una de sus barrreras, desde la aprobación de la histórica junta general de acreedores, a la resolución de todos los litigios concursales abiertos con una importante fracción de los 364 acreedores que el club tenía a sus puertas a finales de 2004. Recordó recientemente que la entidad ha cubierto en esta etapa, y tras el acuerdo de condonación del 50% de la deuda, unos 25 millones de euros en deudas del pasado, que llegaron a la frontera de los 72 millones en números rojos.


De comprador a club vendedor

La paz social está acompañada, en la era Ramírez, por una gestión rigurosa. El dato más relevante de este hecho es el alejamiento de Pío XII de aquella cadena de agentes de jugadores y sus comisiones, que penalizaron duramente la economía de una entidad que vivió por encima de sus recursos recaudatorios.

En la actual etapa -y salvo el propósito avanzado en el caso Sergio Araujo- la UD Las Palmas ha dejado de ser un club comprador. Al contrario: las ventas de los jugadores que vistieron la elástica amarilla han proporcionado casi 14 millones a las arcas a la de entidad para hacer factible su supervivencia, en la que combinan los gastos en curso y las obligaciones crediticias para tapar los agujeros del pasado. Quizá en el futuro este modelo ya no sea necesario.

Esta fase podría estar a punto de finalizar de alguna manera, en especial si la UD Las Palmas logra en 2015 el objetivo de ascenso que se ha propuesto. Pero es realmente llamativo también que algunos de los jugadores que dejaron dividendos en las arcas del club, pasado un ciclo tengan de nuevo cabida en el proyecto de la UD Las Palmas. Esos billetes de retorno se tiene en cuenta en la actual política deportiva. La llamada de un club saneado en su ambiente interno y con objetivos elevados se reflejan en el escaparate en que se ha convertido la UD Las Palmas.

Política de cantera y retos

La mayoría de los jugadores traspasados fueron jugadores fabricados en la propia casa o bien captados y forjados en el fútbol profesional. Pero, además, en la era Ramírez la UD Las Palmas ha dado un giro definitivo hacia sus orígenes: potenciar la cantera, darle forma definitiva con el abordaje de los jugadores de Las Palmas Atlético en la primera plantilla. Cerraba 2014 la UD Las Palmas con una mayoría plena: 17 de las 25 licencias profesionales del equipo pertenecen a jugadores canarios y corresponden a distintas generaciones de futbolistas.

Los logros a nivel deportivo, a pesar de los condicionantes económicos, están ahí: ascenso en 2006, consolidación en Segunda A y dos intentos de asalto a la Primera División. Ese reto está en pie esta misma temporada, con mejoras apreciables en la capacidad de la plantilla líder de la competición.

A nivel de filiales, tomando como referencia el equipo B, Las Palmas Atlético también ha hecho historia en este ciclo con su mejor clasificación la pasada temporada en Segunda B y dos ascensos de Tercera en esta década.

Pero todavía quedan en pie las apuestas del actual órgano directivo: culminar el estadio de Gran Canaria con la remodelación de sus gradas ya en marcha, cerrar el crédito pendiente de 13 millones de euros procedentes de la deuda original del concurso, alcanzar un récord absoluto de abonados por encima de los 20.000 carnets y, por supuesto, el regreso a la Primera División.

Las miras de los actuales dirigentes no acabarán en esa cima. "Iremos por otra; y luego otra y otra", afirma con contundencia Miguel Ángel Ramírez.

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