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La princesa campeona

Julia Domínguez, un producto del Gimnasio Jet Canarias, regresó de Rusia tras su debut internacional con dos medallas de oro del Campeonato del Mundo de Grappling. Apenas tres años atrás nada sabía del tatami porque su mundo eran las olas y el surf en Las Canteras

  • GENTE CON DUENDE
  • 26/11/2014 - 01:07

Manuel Borrego

Hasta hace tres años, Julia Domínguez Pérez (Las Palmas de Gran Canaria, 4 de julio de 1995) apenas sabía que existía el grappling y tampoco tenía nociones de las técnicas luchísticas. Lo suyo eran las tablas de surf y la playa de Las Canteras, situada a unos pasos de la residencia familiar. Pero la princesa de Guanarteme cruzó un día la mirada con Juan Espino Dieppa y, de una amistad a una relación, también nació en ella una nueva pasión deportiva que se desenvuelve en los tatamis.

Apenas 53 kilos de peso y una mirada activa, con su vocecita nos explica cómo en dos temporadas y media en la fábrica del gimnasio Jet Canarias se ha transformado en una luchadora competitiva que durante 2014 ha conquistado los títulos del Campeonato y Copa de España. A Rusia viajó el pasado fin de semana como debutante del equipo nacional, para disputar allí su primera actuación internacional a través del Campeonato del Mundo de Grappling, de la Federación Internacional de Lucha. Y los astros se alinearon a su favor para, de manera sorpresiva, convertirse en bicampeona mundial de su talla en las dos modalidades de grappling. Todo salió redondo para Julia en la competición disputada en Moscú.

Ella paseaba este martes en dirección al Gimnasio de Juan Espino, tras regresar de la fría Rusia con el resto de la expedición española. Allí subieron al cajón para el oro una vez el propio Juan Espino y la también grancanaria Minerva Montero; fueron los mayores logros de España. Julia fue la gran revelación. Nos saluda sonriente con su bolso a cuestas y en él dos espléndidas medallas doradas que ya quedan registradas en su breve pero intenso curriculum personal. "Creo que les he sorprendido a todas mis rivales porque no conocían mi manera de luchar. Pero también me he sorprendido a mí misma porque, sin experiencia alguna, pensaba que iba a estar más nerviosa cuando me tocara la hora de bregar. Sin embargo, no fue así. Me sentí muy segura sabiendo que Juan estaba en una esquina. Escuchaba sus consejos y las cosas en el tatami salieron perfectas".

El grappling es como el ajedrez

Julia habla de su bicampeonato mundial sin darle relevancia. "¿Qué tiene el grappling?. No lo sé, desde el primer día en que comencé a practicarlo tuve sensaciones positivas. Me las transmite porque es un deporte de contacto, un deporte muy humano. Creo que es difícil de explicarlo. Es como un juego de ajedrez pero las piezas y los movimientos lo realizamos con nuestro cuerpo".

No es una princesa de fiar, sin embargo. Con su apariencia de gente pacífica, en la cancha despliega una técnica preferida con la que está logrando superar a muchas de sus rivales. Un consejo de Juan: "Me gusta el triángulo. La técnica consiste en el estrangulamiento (deportivo) con las piernas, logrando controlar al oponente a raíz del cuello. En mi estrategia de la lucha siempre lo tengo presente".

Julia dedica entre una a dos horas diarias a los entrenamientos en el gimnasio Jet Canarias de Guanarteme; aunque en época de competición la franja de trabajo es más amplia. "Juan me ha ayudado muchísimo. Se lo debo todo, por supuesto; me transmite muchos valores y su presencia me da confianza total en la competición. Sus consejos me sirven para cubrir la falta de experiencia competitiva que tengo. Al conocerle me he ido introduciendo más en el deporte de la lucha. Incluso he probado en alguna ocasión en la arena de la lucha canaria. No es lo mío pero tiene su punto. Hay que esforzarse en encontrar durante la brega los puntos de equilibrio".

No se plantea, sin embargo, ponerse la ropa de brega aunque sí es asidua a los terreros para seguir las evoluciones del Almogarén de Valsequillo. "El año pasado estuve como acompañante de Juan en Punjab, durante el Mundial kabaddi. Aquello fue espectacular. La gente no conocía a Juan pero de inmediato, cuando vieron que era como un crack por las cosas que hacía, se convirtió para ellos en un ídolo. Esos valores me gustan de la lucha, porque nos permite conocen otros lugares, otras culturas ... Fuimos a un país diferente y supieron valorarle. Reconozco que todo aquello que ocurrió en el viaje y en la competición me encantó".

De la noche a la mañana, con el mejor de los profesores posibles, Julia ha cambiado el tipo de olas de su vida. Las nuevas, en cambio, no le llevan a la orilla. Su destino, con tan productivo debut internacional en el grappling es desconocido.

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