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Y un central como ariete falso

La aparición de delanteros imprevistos desmontó el sistema de contención del Valladolid. Incluso Marcelo Silva ocupó esa posición en el penalti escamoteado a la UD Las Palmas en Zorrilla. El factor sorpresa da más dividendos al líder

  • LA MOVIOLA
  • 24/11/2014 - 11:49

M.B.

El 1-2 de la UD Las Palmas en Pucela, obra de Vicente Gómez, es el resultado de un saber qué hacer con la plantilla. "Le pedí perdón a Momo por el cambio. Pero buscábamos en ese momento otra cosa". Primero entró Guzmán, luego Vicente Gómez -el firmante material de tan importante victoria- y finalmente Marcelo Silva. El partido de Pucela en ese momento no estaba controlado por ningún equipo; se habían desatado oleadas de acciones de un campo a otro, rompiendo la estructura general de lo presenciado durante una hora. El gol podría caer entonces para el lado grancanario, como así ocurrió, porque es el equipo que nadó mejor en esas aguas tan agitadas.

Las Palmas, además, encontró un filón con el hombre invisible. El siguiente dato es relevante: Guzmán, Vicente Gómez y Marcelo Silva, los tres hombres en los relevos, fueron los futbolistas más incisivos de la UD Las Palmas cuando el partido tomó rumbo a su final en el Nuevo Estadio de Zorrilla.  Guzmán amenazó, Vicente marcó y Marcelo fue objeto de un penalti.

El delantero falso, sacando de la posición más avanzada a Sergio Araujo, sigue dando dividendos al equipo ahora que el balón no tiene tanta vocación de gol con el argentino. Ha ocurrido con las llegadas de Hernán, Roque, Guzmán ... Vicente fue el 'nueve' en la jugada de la victoria. Allí apareció libre de marca, sorprendiendo a la defensa del Real Valladolid. No es una novedad verle en este tipo de acciones. Es, posiblemente, el centrocampista puro con más remate en la UD Las Palmas del último lustro. Su uso parcial en este encuentro fue revulsivo. Gómez interpreta como nadie ese andar hacia el área llegando desde situaciones teóricas más retrasadas. Recibió el balón de Araujo y certificó con jerarquía.

Pero Paco Herrera no dejó de sorprender en la segunda parte, en la recta final de partido. Varió más cosas. Después del cambio de Araujo, el uruguayo Marcelo Silva salió al terreno de juego, el equipo se recompuso su estructura defensiva, pasando a un quinteto. Pero es tal la vocación que reclama a sus jugadores de avanzar metros y aparecer por sorpresa que el propio defensa charrúa llegó a ejercer de ariete falso en la jugada del penalti escamoteado. Silva fue la sorpresa para la zaga local, que cometió penalti a través de Guille Andrés. El árbitro lo señaló, enseñó incluso la tarjeta amarilla al defensor pucelano, Roque cogió el balón para el 1-3 pero todo se rectificó.

El ariete invisible es un arma valiosa para el equipo. El entrenador fue a hablar con Araujo tras el partido, porque había encadenado su cuarta jornada sin anotar en las redes rivales. "Le dije que el gol era tan suyo como de Vicente" comentaba Herrera sobre su conversación privada con el argentino. Porque el valor de la victoria no es exclusivo; tampoco el de los goles heroicos.

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