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Una historia de fidelidad eterna a la UD

Cristian Ramos, jugador del reaparecido Las Palmas C, acude a Pío XII a renovar el abono de su abuelo Francisco García Armas, fallecido en noviembre de 2007

  • GENTE CON DUENDE
  • 26/07/2011 - 11:17

Hay amores imperecederos. El de Francisco García Armas vive intacto con su esposa María del Rosario González y con la UD Las Palmas. Francisco fallecía el 10 de noviembre de 2007 en el Hospital Negrín pero su abono de afiliación al club amarillo se mantiene vigente cuatro años después por expreso deseo suyo y convicción de la familia. Esta semana ha sido su nieto, Cristian Ramos, quien acudió al club a sellar de nuevo los pases de sus abuelos Francisco y María del Rosario. El director general de gestión, Patricio Viñayo, captó la sensibilidad de estos seguidores y desde hace un par de temporadas el carné de Grada Sur del extinto aficionado corre a cargo de la entidad mientras doña María paga el suyo "aunque ella ya no acude al Estadio desde la muerte de mi abuelo", precisa Cristian.

Esta es una historia repleta de gestos de fidelidad. Se pierde en el tiempo la fecha en que Francisco García había ingresado como socio de la etapa pre-sociedad anónima deportiva de la UD Las Palmas. 43 temporadas yendo año a año, junto a María, al Estadio Insular y más tarde al recinto de Siete Palmas. Conoció los grandes momentos del equipo y también lloró los días de desdicha. El nieto Cristian se aferra a la pasión familiar por los colores amarillos y esta temporada, además, colmará uno de sus objetivos porque debuta con el filial de categoría regional, Las Palmas C, que dirigirá el entrenador Santi Calvo. Es lateral diestro y procede del Unión Viera.

CANTÓ EL ÚLTIMO GOL SEDADO

"Mi abuelo fue una persona excepcional. Quería muchísimo a la Unión Deportiva Las Palmas. Tanto que el día del derbi del 2-2 en Tenerife cantó uno de los goles de nuestro equipo estando sedado. Su voz se escuchó en toda la planta del Negrín. Aquello ocurrió una semana antes de su fallecimiento", recuerda el futbolista amarillo. "En casa de mis abuelos hay algunos recuerdos futbolísticos. Enmarcó un trozo de red de la portería de la Grada Curva que yo mismo le entregué en 2006. Salté al terreno de juego después del ascenso (contra el Linares) y cogí ese trozo de red que para él es un tesoro. A mi abuela", añade, "le entregaron recientemente una camiseta de Jonathan Viera firmada por toda la plantilla de la UD Las Palmas. Fue todo un detallazo por parte del equipo".

Francisco García falleció a la edad de 61 años. Tuvo su propia historia futbolística pues fue portero del Arucas (donde nació) en 1962 y más tarde, en los ochenta, ejerció como masajista de Las Torres en el fútbol regional. Nos dejó vestido con el amarillo de la UD Las Palmas, cubierto para la bandera de su equipo y en su última residencia, cada semana, recibe flores del mismo color. Las pone, cómo no, Rosario. Ambos poseen la insignia de honor de la entidad futbolística que es también su casa.

M.B.

Francisco García y su esposa, María del Rosario, en una imagen retrospectiva en el Estadio de Gran Canaria (Archivo personal de la familia García González)

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