Publicidad

Antonio Vieira, el primer héroe de la UD Las Palmas

Falleció el 24 de abril de 1951 tras una enfermedad desencadenada por un golpe en la cabeza durante un encuentro. La afición grancanaria, que llevó a hombros su féretro desde la calle Inés Chemida hasta el Cementerio del Puerto, quedó conmocionada por aquel suceso luctuoso que ha cumplido el sesenta aniversario

  • AMARILLOS DE SIEMPRE
  • 08/05/2011 - 15:25

El fútbol de Gran Canaria conmemoró de manera pasiva el 24 de abril de 2011 el sexagésimo aniversario de una muerte que conmocionó a la isla y al deporte de todo el Archipiélago: Antonio Viera Delgado se convirtió aquel día primaveral de 1951 en el primer futbolista de la joven UD Las Palmas que perdía la vida. Miles de personas, afectadas por un suceso que no por esperado fue impactante, se echaron a la calle de la capital para llevar a hombros su féretro desde la residencia de la familia, en la Calle isletera Inés Chemida, hasta el Cementerio del Puerto.

Fue una noticia que caló profundamente en el barrio donde Vieira era un personaje querido; pero también en su club de formación, el Real Club Victoria, que había cedido en 1949 los derechos federativos de Vieira y de sus principales figuras para que se incorporasen al proyecto unificado de Gran Canaria. Y fue precisamente defendiendo los colores amarillo y azul la manera en que la muerte encontró al volante pundonoroso. El testimonio más cercano de la familia es el de su sobrino Manuel Viera Rosales (Las Palmas de Gran Canaria, 22 de abril de 1925), que conoció al infortunado futbolista desde su nacimiento porque "en realidad éramos como amigos. Yo tenía catorce meses más que él y por ello crecimos juntos. Él me decía que no le dijera tío ante los demás niños; hicimos creer que éramos primos. Íbamos juntos al Grupo Escolar de La Isleta", prosigue, "y empezamos también juntos en el deporte. Yo era defensa. Así que nuestra unión en la infancia fue absoluta".

SU ÚNICO GOL, DE CABEZA
Subraya Manuel Vieira que "Antonio no fue reconocido por ser un jugador extraordinario, un superclase; pero destacó por su carácter, siempre jovial, por ser efectivo y porque en el terreno de juego era todo corazón. A causa de ello, sin duda, ocurrió el accidente de su lesión mortal: acudía sin miedo a todas las jugadas". Recuerda que el golpe en la cabeza que provocó su fallecimiento meses después se produjo durante un encuentro en un desplazamiento del representativo grancanario, ya inmerso en la liga de Segunda División. "No presencié el partido, pero según contaron a la familia los miembros de la expedición, Antonio perdió el conocimiento en el campo durante veinte minutos tras golpearse con un jugador contrario, supongo que de manera fortuita. A raíz de entonces sufría mareos y desequilibrios. Había un coágulo de sangre originado en el cerebro y, poco a poco, Antonio se fue apagando a causa del tumor que motivó su muerte".

Aún con ello y ya afectado por episodios relacionados con el golpe letal, ANTONIO VIEIRA llegó a disputar un último partido frente al Linense, tres meses antes del deceso, en el que anotó uno de los goles (de cabeza, recuerda Antonio de Armas en la Historia de la UD Las Palmas) en el Estadio Insular. No sabía en aquel momento que se trataba de su despedida ante los aficionados grancanarios. "Su enfermedad fue progresiva y rápida. Fui a visitarle varias veces, ... lo pasó muy mal en sus últimos momentos. Estuvo varios días resistiéndose a morir porque tenía un corazón como un caballo. Era fuerte, joven y con una vitalidad resistente".

Toda Gran Canaria sintió aquella muerte. La noticia recorrió la Isla de Norte a Sur. Los aficionados, que oteaban la posibilidad de un ascenso del equipo en paso fugaz por la Segunda División, acudieron a la multitudinaria despedida de Vieira. "El féretro salió a hombros desde la calle Inés Chemida, número 19, en dirección al Cementerio del Puerto. La ciudad entera se unió a la comitiva fúnebre. Fue una especie de homenaje popular a una persona que llegó a ser muy querida. La familia", añade Manuel Vieira, "lo llevó muy mal. Mi abuela, doña Asunción, lloraba todos los días y miraba las fotos de su hijo, el más pequeño. Hasta el punto que pasadas unas semanas tuvieron que esconder el álbum de fotos y recortes de periódicos que el propio Antonio había confeccionado con sus actuaciones deportivas tanto en el Victoria como en la Unión Deportiva. Yo aún conservo alguna imagen de aquella época".

PRONÓSTICO SOBRE MONTES

Antonio Vieria gozó de un gran prestigio en el club donde empezó a destacar, el RC Victoria; en sus paredes se conservan imágenes de aquella etapa suya blanquinegra. Los amigos preguntaban por su estado de salud después de que fuera refugiándose en la familia cuando ya no podía abandonar el hogar: "recuerdo que, aún enfermo, Antonio se enteró del traspaso de Manolo Montes al Atlético de Madrid. Y nos pronosticó que se estaba cometiendo un grave error porque consideraba que aquel portero, que había sido compañero suyo en el Victoria, era medio equipo de Las Palmas. El tiempo le otorgó la razón ..." añade Manuel Viera, a la vez que señala que aquella su familia había sufrido varios mazazos: "Los padres de Antonio tuvieron doce hijos, pero cuatro murieron. Dos de sus niñas fallecieron en un periodo de quince días, como consecuencia de una de las epidemias de la época. E, incluso, Antonio murió soltero porque su novia, una chica del barrio muy guapa, falleció de tuberculosis unos años antes de su desaparición. No se había recuperado aún de aquel dolor".
El expediente amarillo de Antonio Vieira se cerró al culminar la temporada 1050-51, con un partido homenaje que tuvo una recaudación de cien mil pesetas de la época (600 euros): "fue una especie de indemnización del club a la familia de un jugador que había sido muy querido. En nuestra casa aún le seguimos recordando", concluye el sobrino, compañero y amigo.

MANOLO VIEIRA: "MI TÍO DEJÓ HUELLA"

Manolo Vieira se emociona cuando habla de su tío Antonio (el malogrado jugador que militó en la UD Las Palmas hasta el 24 de abril de 1951), aunque no le conoció porque "yo tenía 23 meses cuando él murió... Pero Antonio era un ídolo en la casa de nuestra gran familia y era una persona adorada en todo el barrio. Recuerdo ver fotografías suyas por todas partes, estaba presente día a día cuando yo era niño: en las conversaciones, en los recuerdos de sus padres y hermanos, en las paredes. Antonio dejó huella", pronuncia. Aún siendo niño, Manolo Vieira se percató del intenso dolor sufrido por aquella pérdida y reconoce que, transcurridos sesenta años, ha escuchado muchas versiones sobre lo sucedido. "Yo siempre creí que fue a causa de un balonazo", afirma, "en cualquier caso todo ocurrió muy rápido y por ello causó tanto impacto. Antonio era una persona muy querida en el barrio y todos los que me hablaron de sus cualidades humanas y deportivas destacaban en primer lugar la nobleza y la humildad".

Pasados los años el popular artista colaboró estrechamente con el Real Club Victoria para inmortalizar la figura de aquel futbolista desaparecido en el amanecer de la Unión Deportiva Las Palmas. "Fue un acto de justicia", puntualiza. "En la etapa en que Juan Armas presidió el Victoria nos propusimos la realización de un busto dedicado a la memoria de Antonio Vieira. Armas se lo encargó a un artista de Gáldar (A. León) que tomó como referencia distintas fotos de mi tío de perfil y de frente. Realizó una obra magnífica". El cincuenta por ciento del encargo lo financió el club del Paseo de Las Canteras y la otra mitad el propio Manolo Vieira. El original está precisamente en la sede social victorista y la copia del busto, fundida en bronce, es la que está instalada en el antepalco del Estadio de Gran Canaria, junto a las de Juan Guedes y Tonono. "Cuando miro la imagen de mi tío me veo a mí mismo porque existe un gran parecido. Y físicamente también se me parece un poco a Tonono, por sus rasgos y por su hombría facial", señala.

Por su parte, Juan Armas (que simultaneó desde 1992 su condición de presidente victorista con la de miembro del primer consejo de administración de la SAD amarilla) reivindica también la figura de un futbolista que participó en los dos primeros ascensos del equipo amarillo: "El Victoria era el equipo más fuerte del momento y Vieira entró dentro de la decena de jugadores que apuntalaron a la Unión Deportiva Las Palmas en su creación. En el club de Las Canteras sí ha quedado registrada la importancia que tuvo en aquel momento, pero no había ocurrido en la Unión Deportiva. Nosotros disfrutamos en las tertulias de nuestros mayores sobre lo que nos cuentan de todas aquellas figuras de antaño de nuestro club, entre las que Vieira tuvo su propio hueco".

SEMBLANZA DE ANTONIO VIEIRA

La Unión Deportiva Las Palmas sufrió el 24 de abril de 1951 el primer mazazo en su historial, apenas casi dos años después de su fundación. Ese día, hace justamente hoy sesenta años, fallecía su primer jugador aún en activo: víctima de una enfermedad, Antonio Vieira Delgado moría en la capital grancanaria a los 26 años de edad. Fue el primer futbolista de la plantilla grancanaria que perdió la vida aún en nómina profesional en el club, puesto que más tarde lo harían Juan Guedes (1971) y Tonono (1975).

Antonio Vieria llegó a la joven entidad amarilla procedente del Real Club Victoria, uno de los cinco clubes fundacionales, donde fue compañero entre otros del excelente realizador Joaquín Peña. Jugaba en la posición de volante e ingresó en la UD desde el primer día tras la fusión de las entidades rivales que iban a dar nacimiento al equipo representativo. Estuvo en el primer entrenamiento, disputó el primer encuentro extraoficial, el primer partido de la liguilla provincial, en el debut en Segunda División (10 de septiembre de 1950, contra el Cartagena 2-4) y actuó de amarillo hasta el 25 de enero de 1951, cuando jugó su último encuentro frente a la Balompédica Linense (3-1), según recuerda el consejero e historiador Antonio De Armas. Aquel día marcaría su único tanto también. En total disputó 26 partidos oficiales, trece de ellos en la Segunda División sin poder completar por su muerte el que sería el primer ascenso de los amarillos a la élite nacional.

Vieira, vecino de La Isleta y descendientes de padre portugués y madre tinerfeña, era tío del hoy afamado humorista Manolo Vieira. Su recuerdo es inmortal porque dejó una huella profunda en el club a pesar de su corta etapa en él.

Manuel Borrego

Noticias relacionadas