Publicidad
  • Publicidad

Pedro Lezcano Montalvo, un ajedrecista memorable

Integrante del primer equipo de La Caja en 1969, promotor del deporte ciencia y polifacético personaje que llegó a ser el presidente de los grancanarios

  • AJEDREZ
  • 16/04/2012 - 21:19

A lo largo de estos últimos cuatro meses Tinta Amarilla.es ha tratado en lugar preferente el transcurrir del ajedrez grancanario. En este periodo hemos intentado ser notarios de la actualidad, a la vez que hemos ido incorporando reportajes; para muchos nostalgia por haber tomado parte, bien como aficionados, bien como organizadores; para otros el descubrimiento de una faceta deportiva un tanto peculiar, pero que trasciende más allá de un cuadrado con 64 casillas.

El ajedrez ha contado en nuestra isla con momentos memorables, de ahí que forme parte indisoluble de su historia; de nuestra historia. Recientemente el Parlamento Europeo ha aprobado una declaración (aún no vinculante) para recomendarlo en la escuela; declaración que tiene un alto valor por su contenido, pues indirectamente viene a refrendar la labor que en este sentido, y desde la década de los sesenta se inició precisamente en Las Palmas de Gran Canaria, marcando, sin lugar a dudas, una época que rebasó con creces el más optimista de los objetivos, sobre todo por su repercusión a nivel nacional y posteriormente a nivel internacional como iremos viendo en posteriores reportajes, porque tan importante es descubrir o redescubrir el pasado, como saber qué sucede en el presente. Conocer ídolos de antaño, como a los que ahora están en ciernes...

PEDRO LEZCANO MONTALVO (MADRID 1920- LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 2002)

Hace unos días concluyó el V Memorial de Ajedrez en su honor, del que nos hemos hecho eco en estas páginas de cada una de sus jornadas. Pero un dato curioso me llamó la atención y es que observé, no sin cierta tristeza, un palpable desconocimiento sobre su figura en el terreno ajedrecístico. Quizás sea lo habitual en una época como la que nos ha tocado vivir, en la que la falta de valores o la falta de motivación por el aprendizaje en la juventud es una constante, pero me resulta cuanto menos extraño sobre alguien que tanto aportó a nuestra cultura, principalmente en el área literaria, amén de otras facetas, incluida la de Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria. Igual es la premonición que nos transmite en el poema que escribió con motivo de la inauguración del centro escolar que lleva su nombre y que adjuntamos en archivos asociados a la noticia.

LA PREHISTORIA DEL AJEDREZ GRANCANARIO

Con motivo del 25 aniversario del Club de Ajedrez de La Caja de Canarias (1992), se celebró en el CICCA una conferencia, en la que quien esto escribe actuaba como ponente junto a Pedro Lezcano y qué mejor que recordar algunos apartados de su disertación, "De la prehistoria a la historia moderna", que nos trasladarán a lo que él denominó la prehistoria...

"Antes de La Caja Insular de Ahorros de Canarias el ajedrez insular se sustentaba en la mera afición de jugadores dispersos a veces animados por promotores individuales que bordeaban el sacrificio, la abnegación, casi el heroísmo. Personajes con diversos nombres según la época: Rua Figueroa, Cardona y Pierre Dumesnil, entre otros.

Entonces el ajedrecista se movía en la más absoluta soledad sin encontrar siquiera contrincante para poder realizarse...", señalaba.

DOS LOCOS DEL AJEDREZ AISLADOS POR LA SOLEDAD

"Recuerdo cuando en los años cuarenta pasaba las vacaciones en Las Palmas a la busca y captura de un tablero. Me habían hablado muy bien de un señor que tenía un despacho en la Avenida de la Playa de Las Canteras. Busqué su placa en la puerta llamé y me salió un médico psiquiatra alto y amable que me invitó a pasar, sospechosamente. No, no vengo como paciente, le dije, es que me han dicho que es usted un gran jugador de ajedrez. D. Rafael O´Sanahan me contempló perplejo, miró al reloj y a su despacho, aquella tarde vacío y sacó rápidamente un tablero de ajedrez. El eminente psiquiatra había diagnosticado fácilmente mi locura porque él también la padecía. Éramos dos locos del ajedrez aislados por la soledad", en palabras de Pedro Lezcano.

UN CLUB EN EL AIRE

"No teníamos nada entonces sino una afición frustrante y un club al aire libre, soleado y barato: El Parque de San Telmo. Nadie podía ocultar que había estado en el "club" porque los pájaros habían dejado sus marcas indelebles en nuestras espaldas".

ALEKHINE

"Un Campeón Mundial pasó en 1945 por la isla, el doctor Alekhine, y nos dio unas simultáneas. Entre treinta y cinco sólo cedió punto y medio. Unas tablas conmigo y una derrota con el desaparecido Luis Martínez Estupiñán.

Días después los periódicos anunciaron: el vencedor de Alekhine dará unas simultáneas esta tarde acompañado del tablista, que era yo, y de un jugador romántico de increíble imaginación, más joven que nosotros, que se llamaba Fernando Sagaseta. Ganamos las treinta partidas lo cual indica el nivel de entonces", comentó.

ALGO MÁS QUE UNA SIMPLE APORTACIÓN AL AJEDREZ

Gracias a su cartilla de ajedrez miles de niños han descubierto la fantasía de un juego que genera imaginación y de un valor formativo de incalculable valor. Editada por La Caja en 1982, que ya había colaborado con su patrocinio en 1970 de la primera cartilla publicada por la Federación Provincial y que luego fue secundada por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes a escala nacional redactándola Román Torán, lleva siete ediciones con una tirada que supera los 200.000 ejemplares y con una edición especial con motivo de la III Olimpiada Mundial Escolar. Fue director de la revista Ajedrez Canario, posteriormente Ajedrez 6000, así como directivo de la Federación Insular de Ajedrez y del Club de Ajedrez de La Caja de Canarias. Durante su presidencia en el Cabildo Insular se disputó el Match Lark - Gran Canaria entre Iván Morovic y Anatoly Karpov y la III Olimpiada Mundial de Ajedrez Escolar citada anteriormente e impulsó la celebración del Súper Torneo Mundial de Ajedrez Gran Canaria´96. Sus conocimientos artísticos quedaron plasmados en la revista Ajedrez Canario caricaturizando en varias ediciones a los participantes del Gran Torneo Internacional de Ajedrez Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, en los que además formó parte activa en la organización de los mismos.

Integrante del primer equipo del club de La Caja Insular de Ahorros en 1969 y con el que alcanzó el subcampeonato de España en 1971, siempre estuvo vinculado al mismo como capitán y analista. Su última aparición en público ante un tablero fue en el Memorial dedicado a Ángel Fernández en 1999, "enfrentándose" a Juan Marrero Portugués.

PEDRO LEZCANO POLIFACÉTICO

Caudal de bonhomía, Pedro Lezcano no sólo nos describió los albores de lo que luego se convertiría en todo un fenómeno social, su faceta no se queda en la de un mero cronista, ni siquiera en la de un avanzado ajedrecista. Su personalidad polifacética va más allá de lo conceptual: Licenciado en filosofía, político, dibujante, narrador, amante de la naturaleza (fue el primer presidente de la Sociedad Micológica de Gran Canaria), propietario de la imprenta Lezcano, destacado editor y escritor con obras de gran compromiso social, como pueden ser entre otras: La Maleta, el Romance del Corredera, o Consejo de paz (que le provocó curiosamente un consejo de guerra), director del Teatro Insular de Cámara...

Ha tenido múltiples reconocimientos por su aportación cultural: Hijo Adoptivo de Gran Canaria, de Las Palmas de Gran Canaria y de la Villa de Santa Brígida en 1999; Premio Canarias de Literatura en 1989, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Las Palmas a propuesta de la Facultad de Filosofía en 2001, Premio Nacional de Teatro en 1944...

Su sencillez le honró y queda el recuerdo perenne de quienes le conocimos y compartimos aficiones más allá del ajedrez. Ahí está su obra literaria, ahí queda el respeto y la admiración por su legado, por su humildad, por su pasión por un juego, por un deporte que es algo más que juego y deporte...

"En ajedrez, como en amor, se necesitan al menos dos personas. Dos personas que, frente a frente sin animadversión, se disponen a entablar un curioso diálogo silencioso. En todos los diálogos se busca la mutua comprensión, pero el diálogo ajedrecístico tiene un móvil opuesto: la incomunicación más absoluta. Cada jugador pretende que su interlocutor no le entienda, y poder así sorprenderle... (Pedro Lezcano Montalvo 1994)".

Higinio Medina